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18 diciembre 2022

Otra forma de ver la soledad en Navidad


Aprendamos a ver la soledad como proceso voluntario, justificado y al que hay que otorgar un gran respeto por el círculo de personas afines a quien lo elige, ya que en muchos de los casos se trata de una elección necesaria para su protagonista. La vivencia con la que asumimos esta sensación de soledad es parte de la valoración subjetiva personal del tipo de relaciones que poseemos, bien por su calidad o por su cantidad, influida principalmente por nuestra cultura y nuestras propias expectativas particulares respecto a lo esperado socialmente frente a los próximos eventos navideños.
La sensación de soledad es parte de la vivencia que puede sufrir una persona dentro del propio proceso de salud en el que se encuentra. Dentro de esta soledad que percibimos u observamos en nuestro entorno puede esconderse entre otras causas y situaciones: factores personales de falta de habilidad social, conflictos familiares mal gestionados durante el resto del año, la necesidad de aislamiento frente al bullicio dada las características personales de cada individuo, un trauma ocurrido en estas fechas hace tiempo o demasiadas “sillas vacías” según la edad de quien lo experimenta, la pérdida reciente de un ser querido, un compromiso de superación ante una adicción (drogas, alcohol, compra compulsiva…etc.) o programas de pérdida de peso y autocuidado.
Siempre que no se trate de una forma habitualmente arraigada de aislamiento dada la ausencia de relaciones significativas para esa persona, por ejemplo: personas mayores y/o que viven solas, en cuyo caso prestaremos total atención, deberíamos de ejercer poca o ninguna presión hacia los individuos que manifiesten esa retirada intencional en estos días festivos, respetando su decisión.

19 julio 2022

En vacaciones, ¿bienestar o utilidad?

¿Cuántas cosas pendientes dejamos para realizar en nuestro periodo de vacaciones?, ¿tengo los planes que me gustaría o solo los que creo que me van a hacer sentir bien… porque son como los de la mayoría de la gente que conozco?, ¿viaje para disfrutarlo o para decir que yo también he estado ahí?
¿Y sí por una vez organizará mis vacaciones para incrementar mi Bienestar?

Comenzaremos preguntándonos que es lo que me haría sentir bien a mí. Haremos una valoración de lo que podemos hacer y lo que queremos hacer, actuar desde nuestra propia realidad, ciñéndonos a nuestras posibilidades, para no cargar con complicaciones económicas el resto del año, que pueden derivar en problemas de ansiedad o estrés posteriores.

Para ello podemos utilizar a modo de guía el método PERMA de Martin Seligman o lo que es lo mismo descubrir en nosotros los cinco pilares del Bienestar que mejor nos hacen sentir, para incrementar la motivación y la satisfacción en nuestras vidas y con ello en nuestras vacaciones.

Llevar una vida placentera incrementará nuestras emociones positivas. Si además optamos por una vida comprometida, podremos poner en práctica nuestras fortalezas personales para desarrollar experiencias verdaderamente óptimas y gratificantes, no simples rellenos en nuestro tiempo de ocio. Esto nos permitirá alcanzar una vida significativa para nosotros mismos o lo que es igual desarrollar objetivos o proyectos que nos permitirán ver versiones distintas de nosotros mismos en las que no habíamos reparado, generar autodescubrimiento permite el crecimiento personal.

09 febrero 2022

Psicología y enfermedad sexual


Desde el punto de vista psicológico hacer frente a un resultado médico de este tipo puede llegar a resultar complicado, dependiendo de los recursos personales de cada uno y de la forma en la que han podido ocurrir los hechos. La manera de afrontar dependerá de nuestra condición personal previa y los problemas que puedan asociarse a la misma. Estos no serán los mismos si se tiene o no pareja estable, si se ha tenido un encuentro esporádico voluntario o una situación forzada no deseada, o si se trata de una relación extramatrimonial. La etapa evolutiva en la que se encuentre la persona, también es un factor de influencia, la edad y madurez pueden variar la forma en la que se gestione la situación. La gravedad o posible tratamiento de la patología también es un factor condicionante en la gestión de lo ocurrido.
En la mayoría de los casos el diagnostico de una ETS viene acompañado de vergüenza, incertidumbre, frustración, rabia, desconocimiento, identidad sexual...
Las condiciones en las que se produce son sesgadas por el estigma social imperante, lo que imposibilita una comunicación abierta del problema y con ello la persona afectada aun percibe menor apoyo de su entorno familiar/social. El sentimiento de soledad puede llevar a la percepción errónea de que nunca podrá rehacerse de nuevo una vida satisfactoria, pudiendo incluso provocar ideación suicida o intentos autolíticos. En algunas ocasiones es mayor el estigma que la gravedad de la enfermedad. Debido a la gran desesperación y culpa que se puede llegar a desarrollar durante este proceso, según haya podido ser el escenario y las condiciones en el que se produjo el contagio será preciso contar con apoyo.

15 junio 2021

Abrazando la tristeza


Entre el repertorio de emociones que presentamos como humanos quizá la más inspiradora tanto en el arte como en la música sea la tristeza. Las obras más brillantes llegan después de noches en vela y sufrimientos que encogen el alma.
La tristeza se encuentra entre nuestras emociones primarias y es adaptativa dentro del contexto adecuado. Gracias a ella, durante el tiempo que dura su manifestación, nos obliga a parar nuestro ritmo habitual para poder pensar en aquello que la ha producido, en cómo hemos actuado y qué podríamos haber hecho diferente, facilitándonos la introspección. Si la tristeza aparece cuando perdemos a un ser querido, nuestro entorno responde apoyándonos en la situación, por lo que aquí tendría una función relacional, fomentando la empatía en quienes nos rodean. Transitar por ella nos ayuda en el proceso de duelo, elaborando la pérdida. Su expresión alivia el dolor que podamos sentir, por lo que después de hacerlo nos sentimos “un poco” mejor.
Hay una historia muy profunda detrás del reconocido Maestro Joaquín Rodrigo y su obra el “Concierto de Aranjuez”. Fue tras la pérdida de su hija durante la gestación cuando compuso esta melodía, fue el dolor y la tristeza la impulsora tanto del Adagio como del Allegro... Y es que necesitamos saber que en algún punto después de este sentimiento de vacío y dolor…algo nos devolverá el sentido.

11 mayo 2021

Cantando emociones, el poder de la música

La música nos envuelve desde antes de nacer, los bebés que todavía se encuentran en el vientre materno ya pueden escuchar, además de la voz de su madre mientras canta, la música que ella misma escucha. Las nanas nos acunan desde la más tierna infancia. El abecedario y las tablas de multiplicar se aprenden mejor si son entonadas y rítmicas. Nos reconocemos en nuestro grupo de amigos durante la adolescencia a través de nuestros artistas preferidos. Elegimos una canción para nuestro primer amor y otra para nuestro primer adiós. La música crece con nosotros y nosotros crecemos a través de ella como personas, en la música como en la VIDA todo está relacionado.
Las composiciones musicales generan cambios fisiológicos en nuestro sistema nervioso autónomo tales como: amplifica la sensación cutánea, baja la temperatura corporal, el ritmo del corazón aumenta, la respiración se acelera… a nivel cerebral produce sensaciones gratificantes. La experiencia personal ante la misma pieza musical puede ser vivida de forma distinta, da igual el género al que pertenezca, lo que importa es la estructura musical que la conforma. El disparador de nuestras emociones tiene que ver con la introducción de un instrumento nuevo en la composición o cuando el volumen se atenúa o acentúa de forma imprevista, como elemento sorpresa. Es ante este hecho que el núcleo accumbens se vuelve más activo, llegando a liberar neurotransmisores como la Dopamina, conocida como la hormona de la Felicidad, de forma natural en el torrente de nuestra actividad cerebral.

02 mayo 2021

Y tú, ¿picas piedra o construyes catedrales?

Foto: Gaimard (libre de derechos)

Ahora que estamos cerca de tan esperada fecha, el comentado y ansiado 9 de mayo, como punto de reencuentro con “todo” lo que dejamos atrás ante la llegada de la Covid-19. Creo que es buen momento de hablar sobre cómo salir fortalecidos de esta experiencia vivida y compartida por todos, o lo que es lo mismo de la Resilencia lograda durante todos estos meses de incertidumbre respecto a la pandemia.
Empezamos explicando en que consiste y dándole el valor de aprendizaje que se merece. Crecimiento Personal para algunos autores Transformación para otros. Pero como base a todos ellos, adaptación a las circunstancias dolorosas o traumáticas que acontecen.
Todos nosotros, según las experiencias vitales previas experimentadas y nuestra edad evolutiva, poseemos recursos a nivel psicológico que ponemos en marcha, en muchas ocasiones sin darnos cuenta de ello, que nos ayudan a sobreponernos ante las complicaciones. Muchas veces a posteriori, en perspectiva, es cuando tomamos consciencia de cómo fuimos capaces de superar aquello que nos desbordaba, o aquel hecho que no creíamos que podríamos afrontar.