El uso de antorchas y una buena visión nocturna facilitó a los neandertales la caza de chovas, unas aves esquivas durante el día, en las cavidades que empleaban para dormir
Un trabajo liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) señala que los neandertales capturaban durante la noche para su consumo chovas, una especie de aves de plumaje enteramente negro y tamaño similar al de las palomas. Hasta el momento, la asociación entre los neandertales y estas especies se pensaba que era circunstancial y se debía a que ambos utilizaban los mismos refugios. Marcas en algunos huesos pertenecientes a estos córvidos revelan su consumo por humanos. En el estudio, que se publica en la revista Frontiers in Ecology and Evolution, participan investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) y el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont.
Los neandertales, que habitaron zonas templadas de Europa y el centro de Asia hasta su extinción hace unos 40.000 años, son conocidos por su dieta de grandes herbívoros, compuesta por caballos, cabras y bóvidos salvajes. Sin embargo, en los últimos años se han acumulado evidencias de que su dieta era variada e incluía plantas, pequeños mamíferos, algunas aves y hasta invertebrados, como crustáceos y bivalvos que recogían en zonas costeras. Entre los fósiles de aves que se encuentran con más frecuencia en las cuevas que ocuparon los neandertales están los de chova piquirroja y chova piquigualda. Estas especies forman agregaciones para dormir en el interior de las simas y desde el Neolítico también están presentes en construcciones humanas.