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11 agosto 2025

La vida es como el mar, siempre en movimiento

En lo alto de unos peñascos, junto al mar, un abuelo y su nieto se sentaron juntos, sintiendo la brisa marina y el olor a agua salada que llenaba el aire. Desde allí, podían ver ese lienzo azul extendiéndose hasta donde la vista alcanzaba, con sus olas rompiendo suavemente contra las rocas produciendo ese característico redoble sostenido que deja un brillo plateado de espuma en su rebote.
El abuelo, con su rostro tallado por arrugas y marcas que contaban historias de muchos años, miraba el horizonte con una sonrisa nostálgica. Sus brazos y piernas, alguna vez fuertes y firmes, ahora mostraban las huellas del tiempo; sus manos huesudas y deformadas, ya no le permitían bajar con soltura hasta el agua para pescar sargos, como solía hacerlo años atrás.
—¿Sabes, pequeño? —le dijo con voz suave y calmada—. Antes, bajaba por esas rocas con tanta facilidad que parecía un gato. La pesca de sargos era una de mis aficiones favoritas. Me gustaba sentir cómo el agua fría tocaba mis pies y escuchar el canto de las gaviotas. Pero ahora, las cosas han cambiado un poco.
El nieto lo miraba con atención, algo perplejo.
—¿Por qué ya no puedes bajar, abuelo? —preguntó con curiosidad.
El abuelo sonrió con ternura y le acarició la cabeza.
—Porque el cuerpo, hijo, envejece. Ya no tengo la misma fuerza en las piernas ni la misma agilidad. Tengo miedo de caer y lastimarme, y no quiero que algo así arruine todos los momentos hermosos que he vivido en esas mismas rocas. Es difícil aceptar que, con el paso del tiempo, uno se va deteriorando. Pero eso no significa que deje de disfrutar de lo que aún puedo hacer, o que deje de querer estas aventuras.
El niño se quedó en silencio, triste, notaba en su abuelo cierta decepción por la pérdida de vigor; pero, su bisoñez no percibía que los cambios de la vida se pueden aceptar con valentía y, más, si se tienen ganas de vivir y propósitos.
El abuelo, dándose cuenta de su pena le sonrió y le dijo:
— La vida es como el mar, siempre en movimiento. Y aunque a veces nos sintamos más frágiles, lo importante es seguir disfrutando de cada ola, de cada momento, y entender que en el paso del tiempo también hay belleza y, sobre todo, sabiduría. No tengas miedo, porque en cada arruga y marca hay una historia que contar y, en cada momento, una oportunidad para seguir teniendo ilusión.
Y así, acompañados por el infatigable ruido de las olas al golpear sobre las rocas, quiso explicarle que la voluntad de hacer cosas, aunque se vaya camino del ocaso, nunca termina, solo cambia de forma.
Ramón Alfil
Foto: Ramón Alfil

03 agosto 2025

¡Golazo de Malta!

En el repugnante sistema político que siembran y cultivan los políticos españoles fructifican los frutos de un espectáculo digno del mejor mago. Sacan de sus chisteras proyectos fallidos que convierten en éxitos rotundos a través de una estrategia comunicativa fantástica. Se centran en los pequeños logros, los magnifican hasta límites insospechados, los presentan como hitos históricos. Mientras tanto, las innumerables meteduras de pata, los proyectos marrados, la mala gestión de los recursos públicos… De todo ello, cabeza gacha y mutis por el foro.
La realidad se pliega a sus conveniencias narrativas, nos creen imbéciles. Erre que erre con el proyecto de moda, citan a los medios de comunicación a unas cómodas ruedas de prensa para que sirvan de altavoz al rebaño sobre el plan en desarrollo, un plan que visten de gala. De todas las ejecuciones pendientes o de los patinazos pasados cunde un silencio total.
¿Recordáis aquel famoso partido España - Malta, el del 12 a 1? Juego con una hipótesis. Si el manual del grupo político al que pertenecen o el antojo del líder les dictara que hay que exaltar todo lo maltés, resaltarían lo único bueno, a pesar de tener en contra doce chicharros, y como buenos siervos gritarían a los cuatro vientos: ¡Golazo de Malta! Y se quedarían tan panchos.
En definitiva, la próxima vez que un político celebre un logro menor como si fuera Dios separando las aguas del Mar Rojo, recordad el partido de España y Malta. Recordad que el silencio a menudo grita más fuerte que las palabras, y que la verdad, aunque a veces esté escondida, siempre termina por salir a la luz.
Ramón Alfil
Fotografía: Charl Vera / Pixabay / Libre de derechos

31 julio 2025

La madre que quiso cambiar el día de su muerte por un día de su vida

Mucha literatura epistolar se caracteriza por una peculiar carga emocional. Es el caso de "Carta de una madre", un relato breve que circula ampliamente por las redes sociales, conmoviendo a miles de lectores con su emotiva narrativa. Sin embargo, la identidad de su autor o autora permanece desconocida, un misterio que genera frustración y enojo a partes iguales.
He dedicado horas a la búsqueda infructuosa del creador de esta pieza, explorando diferentes bases de datos, foros literarios y páginas web especializadas. La falta de información es sorprendente, especialmente considerando la popularidad del relato. La ausencia de un autor reconocido abre la puerta a una problemática extendida en el mundo digital: la apropiación de contenido.
Es alarmante observar cómo muchos usuarios comparten "Carta de una Madre" atribuyéndose la autoría, generando una cadena de viralización injusta por la omisión de su creador/a. Esta práctica no solo es éticamente cuestionable, sino que también perjudica al verdadero autor, quien se ve privado del reconocimiento y los posibles beneficios de su trabajo. La falta de atribución adecuada es una forma de plagio digital, un acto que merece ser denunciado y combatido.

Aquel que utiliza la inteligencia artificial
para escribir sin indicarlo es un farsante literario


Considero un farsante literario a todo aquel que utiliza la inteligencia artificial para escribir sin indicar el uso de esta; así como a aquel que utiliza textos como propios para alimentar el ego ante sus conocidos en redes sociales.
Si algún día se descubre al autor o autora de "Carta de una Madre", será una victoria para la justicia literaria y un recordatorio de la importancia de proteger el trabajo creativo en el mundo digital. Hasta entonces, invito a todos a unirse a la búsqueda y a denunciar cualquier acto de plagio que se encuentre.
Vamos al fundamento de esta entrada, que no es otro que la lastimosa carta de una madre a su hijo. Agita a la reflexión, mueve a la desolación y, a la vez, es una fuente de ternura por su delicadeza. 
Lo que voy a decir tendrá muchos detractores, quizá por falta de entereza ante un principio o regla que se considera constitutivo a la naturaleza humana, y que se manifiesta como un comportamiento bastante generalizado: los padres son esos seres cercanos que cada vez son más innecesarios.
Ramón Alfil

Carta de una madre


"Hola hijo, te escribo para proponerte un trato, lo he pensado mucho y nos convendría a los dos, pero no te voy a obligar a que lo aceptes, pero déjame explicarte de que trata:
No te pongas triste, pero todos algún día vamos a dejar este cuerpo, algunos antes, otros después, pero a todos nos llegará la hora, estoy segura de que ese día tú estarás muy triste, ya te veo con tu ropa de luto, para despedirte, con una corona de rosas, o tal vez un ramo de girasoles.

26 julio 2025

La gaviota amiga

Eran esas horas del día en las que el sol comienza a fundirse con el horizonte, cuando los colores del cielo y del mar se confunden en una sola paleta de azules y anaranjados. Sentado sobre una roca, tibia aún por tantas horas de sol, con los pies colgando y la mirada perdida, él coexistía con ese regalo natural que tenía frente a sí. No pensaba, no buscaba, no esperaba. Solo contemplaba... A veces, la vida es así de generosa.
La quietud y el susurro cadencioso de las olas, con sus crestas espumosas, golpeando las piedras erosionadas por la percusión constante del oleaje durante años era lo más parecido a una levitación para aquel apasionado del mar.
A lo lejos, un velero y un barco mercante aparentaban dos juguetes; de cerca, el tintineo y vaivén del agua; en el cielo las nubes no parecían tener prisa, se movían con extrema lentitud como no queriendo perderse el vuelo de una gaviota solitaria, de alas largas y cuerpo elegante que dibujaba una curva perfecta en el aire. Planeaba con una calma maestra, como si la gravedad no tuviese dominio sobre su cuerpo. Giraba apenas con las puntas de sus alas, en movimientos amplios y lentos, dejando al viento decidir su curso. Desde su altura, el mundo debía parecer un tapiz en movimiento: la superficie del mar, rizada y las sombras de los peces más pequeños escapando en bancos bajo el agua.
La gaviota giró una vez más sobre sí misma, midiendo, calculando. Entonces, en un gesto lleno de intención, plegó sus alas como una lanza y se lanzó en picado hacia el agua con la intención de atrapar algún pez con el que saciar el hambre. Es la base de la subsistencia.
Otra gaviota se posó muy cerca de él, silenciosa, tranquila, pero mirando de reojo al humano. Quieta, casi como una estatua durante bastantes minutos, era una agradable compañía para aquel entusiasta de cualquier esencia marina. Entendió que la belleza más profunda no grita, no se impone. Solo aparece ante quien está dispuesto a detenerse, a dejarse vaciar, a dejarse mirar por el mar.
Ramón Alfil
Fotos: Ramón Alfil 

24 julio 2025

Un gesto de agradecimiento

El calor era sofocante aquella tarde de verano. Alba sostenía en sus brazos a su hijo Leo, que llevaba como única prenda un pañal; estaban solos en casa y el rigor de la temperatura tan alta no invitaba a llevar prenda alguna.
El niño, desde su nacimiento, no perdonaba ni una toma, incluso reclamaba alguna que otra extra, fuera de hora, que conseguía con la picardia de un llanto fingido.
Leo era un bebé alegre, regordete, con varias lorzitas en sus brazos y piernas. Su alegría continua y su risa era contagiosa, no paraba de moverse en el regazo de su madre con la energía de un niño que no tenía más preocupaciones que jugar y descubrir el mundo que le rodeaba.
Mientras tanto, en la televisión, se emitía un reportaje sobre el hambre en el tercer mundo. Mostraba a niños con cuerpos extremadamente delgados, con la piel pegada a los huesos, tirados en el suelo o sobre camas deterioradas. Sus ojos reflejaban un sufrimiento profundo, la impotencia de aquellos que han perdido la esperanza. Alba miró la pantalla, con una sensación de tristeza y angustia.
Volvió su mirada hacia Leo, que seguía sonriendo y saltando, sin entender la gravedad del mundo que veía reflejado su madre en la pantalla. Pellizcó suavemente una de sus lorzitas, le miró a la cara y le habló como si de un adulto se tratara: "Hijo, recuerda esto siempre, esos niños darían lo que fuera por tener un poco de lo que tú tienes ahora, comida, salud, hogar, familia, abrazos, tus risas... Cada día de tu vida tienes que agradecer algo. La gratitud transformará la visión de tu mundo y te ayudará a cultivar y mejorar tu interior".
Mucho poso para un bebé, pero Leo se había quedado quieto durante la reflexión en voz alta de Alba; la miró con fijeza y con sus manitas tocó su rostro cariñosamente. Fue un gesto de agradecimiento, sin lugar a dudas.
Ramón Alfil
Foto: Dr. Lyle Conrad / Libre de derechos

19 julio 2025

¡Estamos hartos!

En la actualidad, leas, oigas o veas cualquier medio de comunicación, ahí están los periodistas y vividores adjuntos, acólitos de sus colores políticos, tirándose cubos de basura unos a otros. No son informadores, son desinformadores. 
Los politicuchos, para estar en armonía, también siguen la estela de lanzarse cubos de basura. El deporte político del "y tú más" está enquistado, lo llevan en su ADN, creen que es crucial para el desarrollo y funcionamiento de su quehacer y que los ciudadanos están alelados y no se enteran de lo que pasa. 
Casos Ábalos, Koldo, Santos Cerdán, Begoña Gómez, David Sánchez, Cristóbal Montoro y resurgen por proximidad los ERE de Andalucia, Bárcenas y M.Rajoy... Estos lances críticos son los que están de moda, pero si "echamos la cinta atrás", comprobaremos que la corrupción en España ha sido y es el pan nuestro de cada día.
Entre tanta inmundicia, cochambre y halitosis política, a los ciudadanos de a pie solo nos queda gritar: "¡Estamos hartos!".
Ramón Alfil

Imagen: De qué lado caerá, el político progresista español Práxedes Mateo Sagasta (El Motín, agosto de 1881) Caricatura del siglo XIX satirizando la corrupción política. Lo dicho líneas más arriba, la putrefacción viene de lejos. Reproducción fotográfica fiel de una obra de arte bidimensional de dominio público.

13 julio 2025

Juan Merediz: "¿Qué será lo que querrá la mar de mi? Es la tierra la que me agota"

Uno de los locos de la mar que sigo de cerca es Juan Merediz. Estoy suscrito a sus cartas de navegar en las que cuenta día a día lo que ve y siente en la mar y lo hace con una síntesis precisa, cortita y al pie, rememorando aquello de "lo breve, si bueno, dos veces bueno".
La brevedad, si tiene poso, es altamente apreciada. Sus píldoras, sin rigores literarios, tienen la virtud de dejar con ganas de más al lector, hecho que normalmente agrada al que escribe.
Cuenta cómo planea un viaje, su paso por un puerto, el estado de la mar, la respuesta del barco en el que navega, su soledad entre el lienzo azul del mar o, simplemente si ve un frailecillo o un delfín.
Recomiendo visitar sus rincones digitales, te sentirás en alta mar. En ellos cuenta tantas y tantas cosas... Entre ellas, muchas reflexiones y vivencias. Me quedo con esta: "¿Qué será lo que querrá la mar de mi? Es la tierra la que me agota".
Ramón Alfil
Foto: Juan Merediz (Facebook)
locosdelmar_adl


Cadena de lecturas y espacios

08 julio 2025

Bruno, gracias por todo lo que has hecho. Ciao…

No sabía cómo empezar el artículo de hoy porque tengo varias opciones hilvanadas, pero me quedo con la enorme decepción que he sentido porque esta sociedad responde cada vez menos a las expectativas que tenía de la misma.
La noticia de la cruel muerte de Bruno, un perro de rescate venerado en Italia por haber salvado a nueve personas en distintas misiones ha sido como una patada en las partes nobles para quienes aún conservamos la creencia de la bondad del ser humano.
Algún bárbaro dejó un cebo preparado con una salchicha rellena de clavos y Bruno sucumbió a la tentación de la vianda y acabó tirado en el suelo entre un charco de su propia sangre, como consecuencia de una hemorragia interna.
Este héroe de siete años no merecía este acto premeditado de crueldad de un indeseable que no merece vivir en sociedad. Resulta incomprensible que alguien sea capaz de infligir tanto sufrimiento a un ser que, en muchas ocasiones, representó la diferencia entre la vida y la muerte para otras personas que hoy, seguro, estarán llorando por quien les salvó la vida.
Ramón Alfil
Foto: Ente Nazionale Protezione Animali Odv (redes sociales)

10 noviembre 2024

La evidencia geográfica de la DANA de 2024 en Valencia

Buena parte de la provincia se Valencia, sobre todo en municipios alrededor de la capital, ha vivido una auténtica tragedia entre el 28 de octubre y el 4 de noviembre de 2024 como consecuencia de los daños causados por una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA).
En el momento de publicar estas líneas, el balance actualizado cifra los muertos en 214 y 41 personas desaparecidas.
Los políticuchos andan a la greña, cada uno le echa las culpas de las posibles prevenciones a sus oponentes; vamos, lo de siempre, siguen creyendo que somos todos imbéciles. En unos meses, todo olvidado, volverán a tirarse de los pelos por asuntos de poca relevancia y escaso interés general en vez de ponerse el mono de trabajo para promover y ejecutar infraestructuras que sirvan para defenderse de los enfados de la naturaleza. Con estos bueyes tenemos que arar, sean azules o rojos, tanto monta, monta tanto.
Por otra parte, aparecen los defensores del cambio climático con sus argumentos que, en la era de la desinformación que vivimos, uno no sabe ya si el calentamiento global es totalmente cierto o parte de él está influenciado por intereses financieros o políticos; ya que hay registros muy antiguos en los que la Tierra ha alcanzado temperaturas superiores a las actuales, así como desastres de igual o mayor magnitud como el que nos ocupa en este artículo.
Buscar culpabilidades es un juego que no tiene final, será más efectivo basarse en una evidencia geográfica como patrón y pensar que ha sido causada por acciones humanas.
Isaac Moreno Gallo, ingeniero técnico de Obras Públicas y graduado en Geografía e Historia explica, con un esmerado y preciso detalle, las causas de esta DANA reciente que ha sembrado el pánico y la desgracia en la provincia de Valencia.
Entre otras cosas, este divulgador científico ha dicho que en España tenemos los mejores técnicos del mundo en infraestructuras para encontrar la solución al problema, “pero no la gente capacitada para decidir algo sensato”, en clara crítica a la ineptitud política. Destaca que “la memoria del hombre es muy corta, esto ha ocurrido siempre y va a seguir ocurriendo, una o dos veces por siglo por la influencia que ha podido tener la urbanización de las zonas de riesgo de inundación en la gravedad de este último suceso que, aunque se había producido muchas veces a lo largo de la historia, nunca había afectado a tanta superficie construida y habitada”. Vale la pena ver el vídeo.
Ramón Alfil



Anexo a este artículo
Las dos fotografías que hay debajo de estas líneas no son de una zona relacionada con alguna selva, es el cauce de un barranco de Alzira días antes de la DANA. Si a la evidencia geográfica mencionada unimos el estado de muchos barrancos de la provincia de Valencia, debido a la desidia política, tendremos también parte del problema.




Cadena de lecturas y espacios

06 octubre 2024

El valor intangible de un logro

Una medalla, insignia, trofeo, diploma o cualquier elemento de carácter material que reconozca el logro o la trayectoria de una persona no es más que una pieza más en una solapa o estantería. Es un reconocimiento que se puede tocar sin más valor que el que pueda tener el metal o el papel.
No obstante, con la entrega de la pieza existe un sentido intangible que premia el reconocimiento a un logro o trayectoria, aunque, en muchas ocasiones, esa distinción puede ser injusta, manipuladada, partidista o mangoneada. Pasa...
Uno mismo sabe cuándo y en qué valor ha conseguido un logro y, si además es un bien social, de interés general más que personal, produce una satisfacción interna que cotiza muchísimo más que el metal o papel y abona el crecimiento interno. ¿Existe algún premio mayor que éste?
La consecución de un logro debe estar siempre enfilada y amamantada por intenciones verdaderas más que por alabanzas externas y elementos tangibles.
Ramón Alfil

Foto: Artelli. Pixabay. Libre de derechos

28 septiembre 2024

Los más buscados de Irak, una baraja de cartas bélica muy peculiar


Tener una baraja de cartas en mis manos es como resucitar el noble arte de la ilustración que nació, prácticamente, con la imprenta y que hoy está casi en desuso; o también, en ocasiones, el goce de una serie se fotografías que si son añejas se disfrutan con regusto.
La baraja sobre la que he estado documentándome hoy no contiene ilustraciones y sus fotografías no van más allá de unas simples imágenes tipo fotomatón. Es fea, pero muy curiosa. Fue concebida con una intención claramente determinada por el Ejército de los Estados Unidos durante la guerra de Irak en el año 2003.
Cada naipe muestra una fotografía en la que aparece un personaje de los que eran más buscados del régimen de Sadam Huseín. Los militares americanos tenían, así, una captura del rostro enemigo; una posibilidad de comunicación camuflada ante posibles cruces o detecciones de transmisión, pues no es lo mismo que sonara el as de picas que Sadam Huseín, que era quien estaba asociado a ese número y palo. Y, de rebote, tenían una baraja de cartas con las que distraerse con algún juego en momentos de posible inactividad o descanso.
El valor de las cartas iba relacionado con la envergadura peligrosa e importancia o jerarquía de los personajes a batir. Sirva como ejemplo los ases de cada palo, adjudicados a los miembros más poderosos y activos de la familia Huseín.
Marc Garlasco era el jefe de la unidad Objetivos de Alto Valor del Pentágono en la guerra de Irak y ayudó a seleccionar los bombardeos. Según declaró en una entrevista que publicó el diario.es dijo: “Entonces empezamos la caza. Eso es lo que hacíamos: cazar seres humanos. Los 52 de la baraja de cartas”. Garlasco se refería a la baraja de cartas francesas distribuidas a la tropa a principios de abril de 2003 con las fotos y datos de los dirigentes iraquíes más buscados, a fin de que pudieran ser identificados y poder ser “asesinados, perseguidos o capturados”.
Ramón Alfil



18 septiembre 2024

El gato blanco colinegro

Pasear de noche es uno de esos pequeños placeres que está al alcance de cualquiera. Si es al lado del mar aumenta sobremanera el grado de satisfacción. Hoy, no ha podido ser, del susurro del mar que tanto me complace he pasado al canto de algún grillo entre arbustos bajos de un entorno natural. No está mal.
El recorrido de esta noche ha destacado por el silencio, la quietud, una luna llena que aparecía y desaparecía entre suspiros de nubes y la compañía de un gato blanco colinegro con el que, casi sin quererlo, entre las sombras de la noche, ha venido a sumar otra conexión fugaz de un ser vivo que ha pasado conmigo solo unos minutos de mi existencia.
¿Volveré a ver este gato ensabanado de cola negra? No lo sé...
Ramón Alfil

Foto: Ramón Alfil. 
Corresponde a un momento del paseo nocturno.

12 septiembre 2024

Anaranjados y azules…


Clic en la foto para ampliar y ver con más detalle / fotosymar_adl

Es contrario a la razón estar a las 6:30 horas en la cama cuando hay un día pidiendo paso en el mar. Hay un intervalo de silencio y quietud en el que empiezan a combinar los anaranjados y azules que obligan a dilatar las pupilas de manera natural.

Es un cofre lleno de oro que nos hace sentir que ya vale la pena el día que uno va a pasar. Gracias.

Ramón Alfil

Foto: Ramón Alfil. Oropesa del Mar (Castellón) > 
Vídeo: Madame Butterfly. Coro a boca cerrada. Giacomo Puccini

16 agosto 2024

La gente honrada


Al habitual desengaño de un panorama político plagado de inútiles (no útiles) se une una torrentera de noticias sobre delincuencia que atemoriza, cada vez más, a las personas honradas que quieren vivir felices su cotidianidad y no pueden.
España es un país muy cómodo para el delincuente como consecuencia de una Justicia muy blanda en la que nadie le pone el cascabel al gato.
La gente honrada no quiere convivir con parásitos y maleantes.
La gente honrada está crispada por culpa de unos mandos políticos blandengues que, con su pasividad, son cómplices de este deterioro social.
La gente honrada ve con pena que, a esta altura del partido, vamos a perder por goleada contra la violencia en las calles y el crimen.
La gente honrada ve que sus hijos y nietos van a encontrarse un entorno espeluznante, una humanidad de "sálvese quien pueda".
Ramón Alfil - En lo mejor de lo peor

Foto: TomasHa73 / Pixabay / Libre de derechos

10 junio 2024

Se están cargando el diario El País


El martes 4 de mayo de 1976 vio la luz el primer número del diario El País. España era democráticamente imberbe y los jóvenes de entonces vivíamos de una paga dominical bastante limitada, pero al menos un par de veces a la semana apartaba los dos duros que valía el periódico.
Debajo del brazo o en el portafolios me acompañó en el instituto y en la universidad. Crecí y cambié de costumbres; con El País solía, en muchas ocasiones, desayunar o comer si estaba solo, hábito que provocó algunos manchurrones de café o aceite de la ensalada, ya que era difícil ensamblar en el poco espacio de una mesa viandas, cubiertos, vasos, botellas y el diario abierto de par en par.
El País era independiente, plural y cada vez más global, sobre todo conforme se iba desarrollando la transición del papel a los dispositivos digitales.
De repente, en pocos años, El País cambió de rumbo y fue perdiendo esa cualidad de contenidos plurales y ese carácter independiente. Empezaron a aparecer editoriales y firmas que vendían ideología, según mi criterio. A pesar de ello, me suscribí a la edición digital de pago porque, después de media vida, no podía ser infiel, hubiera sentido culpa y remordimiento. No obstante, ante la avalancha y persistencia diaria de enfoques monotemáticos, mi paciencia como lector ha concluido hoy al no renovar la suscripción. No me gusta que me indiquen qué tengo que pensar.
Buena parte del periodismo actual, y ya no hablo en concreto de El País, es servil, hinca la rodilla por un jornal. David Jiménez, en una entrevista reciente, ha puesto el dedo en la llaga y hurga en la realidad: "Muchos periodistas de este país se levantan por las mañanas, se ponen la camiseta de su equipo y... ¡a defenderlo! [...] Da mucho dinero desinformar".
Ramón Alfil

15 abril 2024

Los héroes literarios de "Un libro al día"

Hoy he descubiero el blog Un libro al día, un espacio "sobre libros, escrito por gente que le apasionan los libros".
Es digno de elogio que sus colaboradores estén escribiendo durante más de quince años una reseña diaria, lo que significa para sus lectores la posibilidad de poder leer más de cinco mil crónicas. La longevidad de este blog permite a sus creadores y a quienes lo visitamos vivir en la literatura.
Que cada día se escriba sin ánimo de lucro y la perseverancia, no solo requiere una pasión profunda por la literatura, sino también una dedicación constante y una devoción por compartir cultura con otros lectores.
Estos héroes literarios merecen reconocimiento por su compromiso y su impacto en la comunidad lectora. Alegra comprobar que los viejos blogueros nunca mueren.
Ramón Alfil

La lectura de un libro es un diálogo incesante, en el que el libro habla y el alma contesta. André Maurois.

Fotografía: Voltamax / Libre de derechos .

11 abril 2024

Fuerza de voluntad, ¿sola o acompañada?


Aquel día, el azul del mar era un lienzo infinito que evocaba tranquilidad y sosiego. Salitre eligió la mañana perfecta para compartir con un viejo amigo una charla y un paseo al lado de ese mar tranquilo que susurraba sobre las rocas, sin enfado.
La conversación discurrió por varios derroteros, pero llegó un momento en el que se centraron en dilucidar si la fuerza de voluntad era el único proceso para llegar a un cambio de hábitos en la vida y llegar a una meta provechosa. 
Salitre defendía que la fuerza de voluntad es un músculo que se puede entrenar, mientras que su compañero de andares asentía sin, al parecer por su gesto, una convicción plena. Era más práctico, con un toque más tangible en su discurso.
Mantuvieron durante un rato la vista en el horizonte, cada uno con su particular esbozo en la mente.
Desde la calma del lugar decidieron marcar un propósito común, pero llevando el timón de manera distinta para verse en este mismo puerto unos meses después. El tiempo dirá...
Ramón Alfil - Andares

18 marzo 2024

Juan Carlos Ruiz, locura por los naipes


El casco antiguo de Oropesa del Mar (Castellón) es como una máquina del tiempo que te sitúa en la antigüedad. Calles estrechas, empinadas y empedradas combinan con casas de piedra, forja y otros elementos que esparcen rincones llenos de solera y hechizo.
De pronto, me llamó la atención una casa esquinera en la que figuraba un rótulo cerámico que indicaba que me encontraba junto a un Museo del Naipe. Era lo que menos esperaba encontrar en un pueblo marinero.
Entré y quedé boquiabierto ante el espectáculo de aquel lugar lleno de seducción. Recorrió mi cuerpo un escalofrío porque explotó en mi aquella pasión que de joven tuve por los naipes y la cartomagia. Fue un flechazo y supe de inmediato que renacía en mi la adicción por las barajas de cartas.
Me saludó Juan Carlos Ruiz, el propietario de aquella macrogalería, un "loco" por los naipes, porque alguien que tiene una colección de más de 16.000 barajas creo que excede en demasía a lo presumible y, cariñosamente, se le puede catalogar de obsesivo por esta afición.
Juan Carlos fue mi conexión fugaz del día; mis lectores ya conocen que considero una conexión fugaz a aquella persona o ser vivo con la que comparto tan solo unos minutos o unas horas de mi existencia y que quizá no vuelva a ver.
La historia de Juan Carlos Ruiz es muy interesante, al final del artículo dejo una cadena de lecturas en las que se puede leer sobre su trayectoria profesional y de dónde le viene su entusiasmo por los naipes.
Es un hombre que habla despacio y con voz baja, emana paz y contagia con rapidez su atracción incontrolable por las cartas. 
El Museo del Naipe lleva 22 años abierto en Oropesa, es su vida, "abrimos al público un coqueto espacio donde enseñar al profano las maravillosas barajas que, a través de los años, han fabricado los artesanos naiperos de todo el mundo".
Juan Carlos coge cada baraja como si de una piedra preciosa o una joya se tratará, con delicadeza. Suavemente saca las cartas de su cajita de cartón y las enseña de manera metódica, sin prisa, con delicadeza y trascendencia, mientras cuenta la temática de la que trata con conocimiento de causa. 
He de reconocer que me cautivó. Y, como siempre digo en cada conexión fugaz, ¿volveré a ver a este "loco" de los naipes. No lo sé.
Ramón Alfil

Cadena de lecturas y espacios
Foto: Juan Carlos Ruiz

20 septiembre 2023

¿De dónde sale el parné?

El Congreso se va a gastar
280.000 euros en material técnico para que los señores diputados puedan hacer uso de las lenguas cooficiales. Al fin y al cabo, una menudencia en el montante del gasto público no prioritario, uno de los cánceres metastásicos que sufre nuestro país.
Y, como se dice en el Tango de la Menegilda, de La Gran Vía, “A nada que ustedes discurran un poco, ya saben, o al menos ya se han ‘figurao’, de dónde sale para ello el parné”.
Menos mal que a los contribuyentes nos sobra el dinero, se nos desborda por los cuatro costados, realmente es un peso y una preocupación. ¡Estamos podridos de billetes!
Cretinos, cretins, kretinoak, cretinos...
Ramón Alfil - En lo mejor de lo peor
Foto: Erdenebayar / Pixabay / Libre de derechos

04 agosto 2023

¡Qué mundo tan vulgar!


Me comentaba ayer un amigo que a este mundo le quedan 50 años. Su desconsuelo se basaba al comprobar la cada vez más frecuente dejadez en el ámbito profesional. A casi nadie le preocupa ya el buen hacer y el buen gusto por hacer cosas. A casi nadie le preocupa ser un buen profesional, parece que el único desvelo sea cobrar a final de mes y… a otra cosa.
Hoy le he pedido al camarero que me atendía en el restaurante en qué consistía el arroz a la coreana que figuraba en la carta. Su respuesta fue para enmarcar: pues, la verdad, no lo sé…
No puedo estar de acuerdo con mi amigo, se ha excedido; a este mundo le quedan unos 25 años como mucho. Si en el día a día cada vez es menos importante admirar a las personas por sus conocimientos, aptitudes, eficiencia o por la forma de hablar, escribir o vestir y no se valoran las buenas formas y conductas estamos abocados a la vulgaridad generalizada y, con ella, a la hecatombe social.
La exquisitez no se vende en Doña Manolita, hay que empeñarse en conseguirla, pero la basca no está por el refinamiento interior. No hay suerte.
Ramón Alfil - En lo mejor de lo peor

Foto Deflyne / Pixabay / Libre de derechos