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03 agosto 2025

¡Golazo de Malta!

En el repugnante sistema político que siembran y cultivan los políticos españoles fructifican los frutos de un espectáculo digno del mejor mago. Sacan de sus chisteras proyectos fallidos que convierten en éxitos rotundos a través de una estrategia comunicativa fantástica. Se centran en los pequeños logros, los magnifican hasta límites insospechados, los presentan como hitos históricos. Mientras tanto, las innumerables meteduras de pata, los proyectos marrados, la mala gestión de los recursos públicos… De todo ello, cabeza gacha y mutis por el foro.
La realidad se pliega a sus conveniencias narrativas, nos creen imbéciles. Erre que erre con el proyecto de moda, citan a los medios de comunicación a unas cómodas ruedas de prensa para que sirvan de altavoz al rebaño sobre el plan en desarrollo, un plan que visten de gala. De todas las ejecuciones pendientes o de los patinazos pasados cunde un silencio total.
¿Recordáis aquel famoso partido España - Malta, el del 12 a 1? Juego con una hipótesis. Si el manual del grupo político al que pertenecen o el antojo del líder les dictara que hay que exaltar todo lo maltés, resaltarían lo único bueno, a pesar de tener en contra doce chicharros, y como buenos siervos gritarían a los cuatro vientos: ¡Golazo de Malta! Y se quedarían tan panchos.
En definitiva, la próxima vez que un político celebre un logro menor como si fuera Dios separando las aguas del Mar Rojo, recordad el partido de España y Malta. Recordad que el silencio a menudo grita más fuerte que las palabras, y que la verdad, aunque a veces esté escondida, siempre termina por salir a la luz.
Ramón Alfil
Fotografía: Charl Vera / Pixabay / Libre de derechos

01 agosto 2025

La urna en disputa: cuando votar no implica cambio alguno

 "Una de las penas por rehusarse a participar en política 
es que terminarás siendo gobernado por tus inferiores."
Platón, La República, Libro I

 


Hoy quiero invitarlos a reflexionar en torno a un fenómeno recurrente en las democracias occidentales, a saber, la ilusión de una política decadente que ha logrado con éxito que ningún voto rompa ninguna cadena. La creencia inquebrantable en el sufragio como catalizar de un cambio profundo define una de las grandes ficciones perversas de nuestro tiempo. En los gobiernos no dictatoriales, millones de ciudadanos acuden a las urnas con la esperanza de que su voto, individual o colectivo, transforme las estructuras de poder y mejore sus vidas. Sin embargo, un examen crítico de las últimas décadas revela una realidad desoladora: los problemas estructurales persisten y, en muchos casos, se agudizan, independientemente de quién sea el degenerado de turno al que le toque asumir el poder. Esta desconexión entre la expectativa democrática y la realidad política nos invita a una profunda crítica filosófica sobre la naturaleza de nuestra participación cívica y la verdadera capacidad de incidencia del voto en un sistema que, lejos de evolucionar, parece haberse instalado en una decadencia persistente y cada vez más putrefacta.

Tengamos en cuenta que el acto de votar se ha consolidado como un ritual sagrado, una catarsis colectiva que valida la legitimidad de un sistema. Desde la niñez, se nos inculca que la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, y que nuestra participación electoral es la máxima expresión de soberanía. Pues bien, amigos míos, esa narrativa oculta una trampa fundamental: la reducción de la política a la mera gestión administrativa y la perpetuación de un statu quo que beneficia única y exclusivamente a las élites.

Ya en la antigüedad, Platón nos advertía sobre las consecuencias de la apatía política. En su célebre obra La República, si bien criticaba a la democracia ateniense por sus excesos y su susceptibilidad a la demagogia, también subrayaba la responsabilidad de los ciudadanos. A él se le atribuye la sentencia que versa: “Una de las penas por rehusarse a participar en política es que terminarás siendo gobernado por tus inferiores” (Platón, La República, Libro I, 347c). La ausencia de ciudadanos virtuosos en la vida pública, para Platón, abre la puerta al ascenso de aquellos menos capacitados o éticos, nada más cercano a lo que podemos observar en la actualidad, donde nos encontramos con bestias analfabetas y bruscas ocupando ministerios, secretarías y, en más de una ocasión, gobernaciones e incluso presidencias de la Nación.

19 julio 2025

¡Estamos hartos!

En la actualidad, leas, oigas o veas cualquier medio de comunicación, ahí están los periodistas y vividores adjuntos, acólitos de sus colores políticos, tirándose cubos de basura unos a otros. No son informadores, son desinformadores. 
Los politicuchos, para estar en armonía, también siguen la estela de lanzarse cubos de basura. El deporte político del "y tú más" está enquistado, lo llevan en su ADN, creen que es crucial para el desarrollo y funcionamiento de su quehacer y que los ciudadanos están alelados y no se enteran de lo que pasa. 
Casos Ábalos, Koldo, Santos Cerdán, Begoña Gómez, David Sánchez, Cristóbal Montoro y resurgen por proximidad los ERE de Andalucia, Bárcenas y M.Rajoy... Estos lances críticos son los que están de moda, pero si "echamos la cinta atrás", comprobaremos que la corrupción en España ha sido y es el pan nuestro de cada día.
Entre tanta inmundicia, cochambre y halitosis política, a los ciudadanos de a pie solo nos queda gritar: "¡Estamos hartos!".
Ramón Alfil

Imagen: De qué lado caerá, el político progresista español Práxedes Mateo Sagasta (El Motín, agosto de 1881) Caricatura del siglo XIX satirizando la corrupción política. Lo dicho líneas más arriba, la putrefacción viene de lejos. Reproducción fotográfica fiel de una obra de arte bidimensional de dominio público.

10 noviembre 2024

La evidencia geográfica de la DANA de 2024 en Valencia

Buena parte de la provincia se Valencia, sobre todo en municipios alrededor de la capital, ha vivido una auténtica tragedia entre el 28 de octubre y el 4 de noviembre de 2024 como consecuencia de los daños causados por una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA).
En el momento de publicar estas líneas, el balance actualizado cifra los muertos en 214 y 41 personas desaparecidas.
Los políticuchos andan a la greña, cada uno le echa las culpas de las posibles prevenciones a sus oponentes; vamos, lo de siempre, siguen creyendo que somos todos imbéciles. En unos meses, todo olvidado, volverán a tirarse de los pelos por asuntos de poca relevancia y escaso interés general en vez de ponerse el mono de trabajo para promover y ejecutar infraestructuras que sirvan para defenderse de los enfados de la naturaleza. Con estos bueyes tenemos que arar, sean azules o rojos, tanto monta, monta tanto.
Por otra parte, aparecen los defensores del cambio climático con sus argumentos que, en la era de la desinformación que vivimos, uno no sabe ya si el calentamiento global es totalmente cierto o parte de él está influenciado por intereses financieros o políticos; ya que hay registros muy antiguos en los que la Tierra ha alcanzado temperaturas superiores a las actuales, así como desastres de igual o mayor magnitud como el que nos ocupa en este artículo.
Buscar culpabilidades es un juego que no tiene final, será más efectivo basarse en una evidencia geográfica como patrón y pensar que ha sido causada por acciones humanas.
Isaac Moreno Gallo, ingeniero técnico de Obras Públicas y graduado en Geografía e Historia explica, con un esmerado y preciso detalle, las causas de esta DANA reciente que ha sembrado el pánico y la desgracia en la provincia de Valencia.
Entre otras cosas, este divulgador científico ha dicho que en España tenemos los mejores técnicos del mundo en infraestructuras para encontrar la solución al problema, “pero no la gente capacitada para decidir algo sensato”, en clara crítica a la ineptitud política. Destaca que “la memoria del hombre es muy corta, esto ha ocurrido siempre y va a seguir ocurriendo, una o dos veces por siglo por la influencia que ha podido tener la urbanización de las zonas de riesgo de inundación en la gravedad de este último suceso que, aunque se había producido muchas veces a lo largo de la historia, nunca había afectado a tanta superficie construida y habitada”. Vale la pena ver el vídeo.
Ramón Alfil



Anexo a este artículo
Las dos fotografías que hay debajo de estas líneas no son de una zona relacionada con alguna selva, es el cauce de un barranco de Alzira días antes de la DANA. Si a la evidencia geográfica mencionada unimos el estado de muchos barrancos de la provincia de Valencia, debido a la desidia política, tendremos también parte del problema.




Cadena de lecturas y espacios

16 agosto 2024

La gente honrada


Al habitual desengaño de un panorama político plagado de inútiles (no útiles) se une una torrentera de noticias sobre delincuencia que atemoriza, cada vez más, a las personas honradas que quieren vivir felices su cotidianidad y no pueden.
España es un país muy cómodo para el delincuente como consecuencia de una Justicia muy blanda en la que nadie le pone el cascabel al gato.
La gente honrada no quiere convivir con parásitos y maleantes.
La gente honrada está crispada por culpa de unos mandos políticos blandengues que, con su pasividad, son cómplices de este deterioro social.
La gente honrada ve con pena que, a esta altura del partido, vamos a perder por goleada contra la violencia en las calles y el crimen.
La gente honrada ve que sus hijos y nietos van a encontrarse un entorno espeluznante, una humanidad de "sálvese quien pueda".
Ramón Alfil - En lo mejor de lo peor

Foto: TomasHa73 / Pixabay / Libre de derechos

10 junio 2024

Se están cargando el diario El País


El martes 4 de mayo de 1976 vio la luz el primer número del diario El País. España era democráticamente imberbe y los jóvenes de entonces vivíamos de una paga dominical bastante limitada, pero al menos un par de veces a la semana apartaba los dos duros que valía el periódico.
Debajo del brazo o en el portafolios me acompañó en el instituto y en la universidad. Crecí y cambié de costumbres; con El País solía, en muchas ocasiones, desayunar o comer si estaba solo, hábito que provocó algunos manchurrones de café o aceite de la ensalada, ya que era difícil ensamblar en el poco espacio de una mesa viandas, cubiertos, vasos, botellas y el diario abierto de par en par.
El País era independiente, plural y cada vez más global, sobre todo conforme se iba desarrollando la transición del papel a los dispositivos digitales.
De repente, en pocos años, El País cambió de rumbo y fue perdiendo esa cualidad de contenidos plurales y ese carácter independiente. Empezaron a aparecer editoriales y firmas que vendían ideología, según mi criterio. A pesar de ello, me suscribí a la edición digital de pago porque, después de media vida, no podía ser infiel, hubiera sentido culpa y remordimiento. No obstante, ante la avalancha y persistencia diaria de enfoques monotemáticos, mi paciencia como lector ha concluido hoy al no renovar la suscripción. No me gusta que me indiquen qué tengo que pensar.
Buena parte del periodismo actual, y ya no hablo en concreto de El País, es servil, hinca la rodilla por un jornal. David Jiménez, en una entrevista reciente, ha puesto el dedo en la llaga y hurga en la realidad: "Muchos periodistas de este país se levantan por las mañanas, se ponen la camiseta de su equipo y... ¡a defenderlo! [...] Da mucho dinero desinformar".
Ramón Alfil

20 septiembre 2023

¿De dónde sale el parné?

El Congreso se va a gastar
280.000 euros en material técnico para que los señores diputados puedan hacer uso de las lenguas cooficiales. Al fin y al cabo, una menudencia en el montante del gasto público no prioritario, uno de los cánceres metastásicos que sufre nuestro país.
Y, como se dice en el Tango de la Menegilda, de La Gran Vía, “A nada que ustedes discurran un poco, ya saben, o al menos ya se han ‘figurao’, de dónde sale para ello el parné”.
Menos mal que a los contribuyentes nos sobra el dinero, se nos desborda por los cuatro costados, realmente es un peso y una preocupación. ¡Estamos podridos de billetes!
Cretinos, cretins, kretinoak, cretinos...
Ramón Alfil - En lo mejor de lo peor
Foto: Erdenebayar / Pixabay / Libre de derechos

04 agosto 2023

¡Qué mundo tan vulgar!


Me comentaba ayer un amigo que a este mundo le quedan 50 años. Su desconsuelo se basaba al comprobar la cada vez más frecuente dejadez en el ámbito profesional. A casi nadie le preocupa ya el buen hacer y el buen gusto por hacer cosas. A casi nadie le preocupa ser un buen profesional, parece que el único desvelo sea cobrar a final de mes y… a otra cosa.
Hoy le he pedido al camarero que me atendía en el restaurante en qué consistía el arroz a la coreana que figuraba en la carta. Su respuesta fue para enmarcar: pues, la verdad, no lo sé…
No puedo estar de acuerdo con mi amigo, se ha excedido; a este mundo le quedan unos 25 años como mucho. Si en el día a día cada vez es menos importante admirar a las personas por sus conocimientos, aptitudes, eficiencia o por la forma de hablar, escribir o vestir y no se valoran las buenas formas y conductas estamos abocados a la vulgaridad generalizada y, con ella, a la hecatombe social.
La exquisitez no se vende en Doña Manolita, hay que empeñarse en conseguirla, pero la basca no está por el refinamiento interior. No hay suerte.
Ramón Alfil - En lo mejor de lo peor

Foto Deflyne / Pixabay / Libre de derechos


01 agosto 2023

Jugar en otra liga

Acabaré con la sana costumbre de leer la prensa en el desayuno, más que nada para no dar comienzo al día con una carga elevada de irritación. Hoy, el enfado viene dado al repasar en varios diarios las vacaciones que están disfrutando algunos mandatarios políticos e institucionales para descansar de sus actos públicos.

El ciudadano de a pie que no está enturbiado por alguna ideología se irrita al verlos abonados cada año a residencias y aviones de propiedad pública y disfrutando de privilegios como piscinas privadas, accesos directos a la playa, personal de servicio, seguridad… Como también lo hicieron años anteriores otros gobernantes de colores políticos variados.

El verano es la época ideal para que ese ciudadano de a pie tome conciencia de que juega en otra liga. Palabra de un contribuyente de 38 años (cotizados).
Ramón Alfil - En lo mejor de lo peor

Foto Dimhou / Pixabay / Libre de derechos

25 julio 2023

Sujétame el cubata

La reciente jornada electoral concluyó, como viene siendo habitual, con la aparición de los líderes políticos ante sus hinchadas. Los dos grandes salieron al balcón de sus sedes como lo hace el Papa cada domingo asomándose al balcón de la Plaza de San Pedro. Desde sus púlpitos exteriorizaron con euforia los discursos y se dieron un baño de protagonismo ante los forofos que se agolpaban a sus pies.
Pedro Sánchez compareció desde Ferraz en un entarimado metálico más adecuado para una verbena de pueblo que para un escenario presidencial. Feijoó tuvo a su disposición un montaje más propio de la industria cinematográfica de Hollywood.
En ambas intervenciones aparecieron junto a sus acólitos, que daban palmadas, saltos, gritos... Braceaban repetidamente y asentían con la cabeza cada palabra del paladín a la vez que alentaban a las masas. Esta comitiva constituyó una escena grotesca y de mal gusto, muy lejos del saber estar que requiere el cargo de servidor público. Perdieron la identidad, no tuvieron sentido del ridículo; cada vez parece más normal este comportamiento cómico. Cualquier día soltarán eso de “sujétame el cubata” y, encima, les reirán la gracia.
A mí no me representan.
Ramón Alfil - En lo mejor de lo peor

Foto: StockSnap / Pixabay / Libre de derechos

11 julio 2023

El debate

Recién asesinado el café con dos cubitos me puse a moverlos con una cucharilla, me gusta ese tintineo, mientras observaba a Manolo abastecer la vitrina de la barra con tortillas, embutidos, carnes y diversos tipos de pistos. Detrás de mí se distribuían varias mesas ocupadas por comensales con un único tema de conversación, el debate que llevaron a cabo la noche pasada por televisión el actual presidente del Gobierno y el candidato de la oposición. El día ya había amanecido acribillado desde la prensa digital y las emisoras de radio por esta comparecencia televisiva que batió récords de audiencia.
Los parroquianos del bar de Manolo discutían acalorados como si no hubiera un mañana, cada uno parecía tener las soluciones ideales para crear un Estado de bienestar, cosas de la política en la que siempre depende todo del color del cristal con que se mire.
Manolo me peguntó sobre el acontecimiento, seguramente para saber de qué pie político cojeaba. Cuando le dije que no había visto el debate porque a esa hora una sinfonía de Beethoven me tenía aislado del mundo, me miró de tal manera que percibí que me estaba considerando un ser extravagante e inadaptado por no ser parte del rebaño.
- Pero, qué raro eres, dijo.
- Manolo, a mi edad ya me han engañado demasiadas veces y me siento estafado, le contesté.
Sé que no quedó convencido. Apuré el café aguado, salí a la calle y me crucé con un perro verde; nos miramos un momento con cierta complicidad y seguimos cada uno nuestro camino.

Ramón Alfil - En lo mejor de lo peor

13 febrero 2023

Escatimar en sanidad es un sinsentido irracional que desembocará en su ocaso

Una noticia reciente informaba sobre la muerte de una niña en Valencia por una peritonitis tras acudir tres veces a urgencias y no ser diagnosticada. La menor sufrió fuertes dolores abdominales y vómitos durante una semana. Sus padres la llevaron a un centro de urgencias y a un hospital, pero la mandaron a casa al no detectar nada grave. Este tipo de noticias sobrecogen a cualquiera y sucede que si buscamos información relacionada no tardamos en encontrar numerosos resultados similares como, entre otros, el de un niño de ocho años que falleció de peritonitis en Alicante tras acudir cinco veces a urgencias y no recibir apenas tratamiento; sólo se le había practicado un análisis de orina y se le habían administrado medicamentos para cortarle los vómitos.
¿Quién o qué falla? Porque algo falla… Hay una debilidad evidente en el sistema público sanitario que no es otro que la saturación, la falta de medios, profesionales y de pruebas de diagnóstico necesarias como consecuencia, creo, de escatimar gastos en vez de gestionarlos con rigor. No falla el concepto “público”, sino la manRamón Alfil - En lo mejor de lo peorera de dirigir y determinar cuál es la mejor protección social que necesitan los pacientes.
El fallo, aparte de los inevitables errores humanos, recae en la inutilidad de unos gobernantes (estos y otros) que desconocen el poso de la palabra PRIORIDAD, ¡es inadmisible! La sanidad es una primacía social y me atrevería a decir que la más importante de todas, junto a la educación y la seguridad. Es un sinsentido irracional escatimar en gastos sanitarios que desembocará en su ocaso e indigna cuando se ve a las leguas el aberrante gasto público innecesario al que nos tienen acostumbrados estos golfos preocupados en sus guerras ideológicas y en mantener sus poltronas (repito, estos y los otros).
¿Qué queremos todos? Más hospitales, más centros de salud, más médicos, más profesionales sanitarios, más medios, más pruebas de diagnóstico… Esto no es opinable, es necesario concentrarse en políticas que estimulen la inversión en sanidad y, al mismo tiempo, en resguardo y amparo al ciudadano. Para ello hace falta conocimiento humano y captación de la realidad, cualidades naturales ausentes en quienes gestionan nuestros intereses.
Ramón Alfil - En lo mejor de lo peor

05 noviembre 2022

Centros sociosanitarios por obligación


Siempre defenderé que las políticas preventivas ahorran dinero a los ciudadanos. Como buen conocedor de la sanidad pública, entiendo que si creamos planes para una sociedad saludable, que necesite menos la necesidad de un médico, estaremos ahorrando dinero (campañas para la alimentación saludable, más zonas deportivas y de ocio físico en las ciudades, fomento de la cultura como catalizador emocional y más que, si me llama el Ministro, le sigo dando ideas). Pero no, nos empeñamos en tener una sanidad en el que solo atendemos a los ciudadanos cuando se ponen malos. Y eso es un gasto enorme. Si conseguimos que cada vez menos individuos se enfermen, ganaremos en espacio en los hospitales y en medicamentos.
Y, o yo soy un adelantado en el tiempo o los que dirigen esto tienen otros intereses, porque me niego a creer que no sean capaces de verlo entre los cientos de cargos públicos y asesores especializados. Y, a esos intereses, amigos, no pude llegar el entendimiento de un ciudadano de pie, como yo me considero.

15 julio 2022

Le han tocado el morro a la bestia

 A pagarlo ‘poca ropa’

Adelanto que mi reflexión de hoy no tiene un componente ideológico, sino lógico. Cuando uno llega a cierta edad y ha sido engañado tantas veces por azules y rojos, la defensa apasionada de creencias se ha diluido como un azucarillo en el café.
En el debate sobre el estado de la nación que se ha celebrado esta semana en el Congreso de los Diputados, Pedro Sánchez ha anunciado impuestos a compañías eléctricas y bancos ante el guantazo que nos ha dado la inflación. El presidente del Gobierno le ha tocado el morro a la bestia -llámese ésta banca o eléctricas- y cuando se tiene tal atrevimiento la bestia puede enfurecer...
Cualquier impuesto que altere la cuenta de resultados de la bestia va a encadenar un rugido y un zarpazo que va a repercutir en "poca ropa", o lo que es lo mismo, en sus clientes, en el ciudadano de a pie, en ti, en mi. Vamos, nada nuevo...
Ramón Alfil
Foto: Art Tower (libre de derechos)

23 abril 2022

El triunfo en cualquier guerra es concluirla

El triunfo en cualquier guerra es concluirla... Así se pronuncia hoy El Roto en su viñeta de El País. Son tan sólo siete palabras pero con el poso preciso para poner a uno fuera de sí cuando piensa, desde el bienestar, en esa gente que ha huido de Ucrania para sobrevivir o en los que han preferido quedarse a subsistir en zulos superpoblados bajo tierra.
¿Quién va a devolver a los ucranianos este tiempo malgastado? El deseo ansioso de poder y pertenencia enloquece a la humanidad y la obliga a desperdiciar el tiempo, ese tiempo que queda atrás y que ya no se va a poder recuperar porque, que se sepa, nunca vuelve atrás. 
Ya queda un día menos para que la guerra concluya. ¡Qué triste resulta desear que el tiempo corra!, pero a veces anhelamos que galope..., en este caso para que esa gente presa de pánico pueda volver a calentar sus huesos al calor de una lumbre en su casa y a retomar la evidencia de que el tiempo debe ser el emblema que tiene cada uno y que nadie más puede determinar cómo ser gastado.
Ramón Alfil - En lo mejor de lo peor...

13 abril 2022

Homo negator

"Que sí, que sí que lo de la guerra en Ucrania es mentira! ¿Las fotos? Nada, un montaje para hacernos tragar más recortes de Derechos, como ya hicieron con el virus y las mascarillas". Te juro que el otro día me encontré a uno diciendo esto en el café. Paco y yo lo mirábamos alucinados desde la mesita del fondo, ya sabes, la que tiene la luz estropeada. Es como si de verdad pensase que todos los que van a la guerra para contarnos lo que ocurre pretendiesen engañarnos, alguno habrá pero la inmensa mayoría ya te puedo asegurar que no y además muchas veces se quedan cortos contando atrocidades porque la guerra es eso, un rosario de atrocidades sin sentido. Cuando apareció aquél sujeto justamente estábamos hablando sobre que a nuestra ciudad habían llegado una familias de refugiados y el crío de una de ellas había empezado a ir al cole con la hija pequeña de mi amigo. Parece que lo que contaba el niño en clase no era cosa de un guion de películas precisamente, y además, actores no parecían las personas que llegaron, con lo puesto, en un autobús el otro día. Me parece que cada vez tenemos más víctimas de la locura esta que todo lo invade.

28 diciembre 2021

2021. Otro capítulo en blanco que se acaba

Bueno, ya parece que hayamos pasado las navidades un año más. Ya ha pasado el primer MatchBall de los que nos amenazan con que van a subir los contagios a lo bestia. Ya veremos, la suerte esta echada. Algunos habrán montado una cena en casa, con los de siempre y otros habrán montado grandes fastos en venganza por el año pasado cuando se pusieron restricciones y los gobiernos no escurrieron tanto el bulto pensando que así la culpa de lo que ocurra será nuestra, por cerriles. No se yo como habrá salido el asunto aunque a juzgar por lo que se veía por las calles, pinta mal. De todas formas las estadísticas nos lo dirán dentro de unos días pero bueno “a lo hecho, pecho”.
De algo que no se yo si te habrás dado cuenta es que este año la gente repartía buenos deseos de otra manera. No se a ti pero a mí la mayoría de la gente me deseaba unas felices fiestas, muy pocos han seguido con aquello de “feliz año nuevo”. Igual será porque ya hasta nos da miedo pensar en la idea de un año más como este porque ya andamos tan justitos que me parece que aquello de las uvas en la Puerta del Sol, los besos, abrazos y todo eso de la canción de Mecano nos parece otra vida. O puede que de repente todo el mundo se haya vuelto pitagórico y crea a píes juntillas aquello de «no hay dos sin tres».

26 diciembre 2021

El miedo a las redes sociales

A mucha gente que me conoce le sorprenderá que diga que le tengo MIEDO a las Redes Sociales. Miedo así escrito, en mayúsculas. Y no se me caerá el anillo el día que tenga que cerrarlas cuando vea que socavan mi felicidad. Las leyes que las gobiernan no son las dictadas por la comunidad, que va, que va. Tiene sus propias normas y tienes que conocerlas y aceptarlas. Y si insisto en decirles que tengo miedo es porque las conozco bastante. En este artículo focalizaré en una de ellas, en la que se puede, con total impunidad, sacar lo peor de las personas amparándose en un perfil falso: El Twitter.
Una red llena de “trolls” (los que se centran en molestar constantemente a los usuarios, que publican tweets sin ningún tipo de malicia), “haters” (personas que muestran sistemáticamente actitudes negativas u hostiles ante cualquier asunto), acosadores, desestabilizadores políticos y toda una fauna que puede, llegado el momento, amargarnos la existencia si caes en sus garras.
Y eso me ha pasado a mí estos días. Y, de verdad que tengo miedo hasta el punto que no sé si tendré que cerrar mi cuenta, por lo menos un tiempo, como tuvieron que hacer Ed Sheran, Adele, Miguel Bosé, Andrés Calamaro o hasta la influencer Dulceida que vive de ello. Les cuento. En el mes de abril, ingenuamente y defendiendo, como siempre haré, mi tierra canaria; se me ocurrió corregir públicamente en un tuit la “gracieta” de una muy conocidísima actriz de nuestro panorama televisivo que dijo algo así como que en Canarias no tenemos museos. Me indignó su ignorancia o su falta de respeto (aunque de verdad pienso que fue uno de esos chistecillos que se sueltan sin pensar y que los dices sin maldad). Como verán he omitido el nombre de esa persona porque le tengo M-I-E-D-O. A ella y a su legión de seguidores.

12 diciembre 2021

Manifestación de juguetes


Cuando ya creía haberlo visto todo con este Gobierno de oportunistas y estómagos agradecidos, ahora aparece el ministro de Consumo, el rico comunista Alberto Garzón, y organiza una manifestación de juguetes para eliminar el sexismo y en contra de las campañas de publicidad de juguetes que, en su opinión, son sexistas.
Pensará este millonario comunista, con un patrimonio declarado de 130.405 euros, aunque no se le conoce trayectoria profesional fuera de la política, que porque un niño juegue con coches y una niña con muñecas es sexista y puede crearles un trauma irreversible que, sin duda alguna, les puede afectar en su futuro. Ahora los niños también tienen que jugar con muñecas y con cocinitas y las niñas con Geyperman y con motos de juguete.
Es posible que en mi caso y en el de mi hermana haya ocurrido la excepción traumática que anuncia el millonario comunista en los actuales niños y futuros adultos, ya que mis juguetes eran los destinados a niños, los de mi hermana destinados a niñas (todos tenemos en el imaginario cuales pueden ser) y, sin embargo, mi inteligencia me ha dado para estudiar arquitectura e ingeniería y a mi hermana para estudiar la carrera de oboe y dar clases en un instituto. Pero, no sé, como hace años que no trato con niños, quizá, los actuales sean imbéciles... todo lo que no éramos los niños de mi época sí que lo son ahora.
Mientras tanto estos buenos para nada siguen subiendo impuestos a PYMES y autónomos, el megavatio de electricidad un 350 % más caro que en diciembre de 2020 y los combustibles un 20 % más caros que hace un año… y subiendo. Pero claro, eso a un millonario comunista que, repito, no se le conoce trayectoria profesional fuera de la política y que tiene un patrimonio de 130.405 euros esas cuestiones no le importan. Ha pasado del 'rodea el Congreso' a 'aférrate al escaño'. Por cierto el anuncio de la manifestación ha costado 80.000 euros, que seguro que él no ha pagado.
Se acerca la Navidad, dicen que es paz y amor, pero con esta banda que nos gobierna es imposible que afloren esos sentimientos, sólo cabe pasar la vergüenza de la que ellos carecen.
Marino Baler

* Marino Baler es colaborador en el Ateneo. Su espacio, aquí.
* Marino Baler es autor del blog "Pensamientos y más cosas".

06 diciembre 2021

Turismo consciente

En la isla de La Palma, hacen falta ayudas económicas, eso está claro, para poder paliar los daños ocasionados por el volcán. Hay que darle casas a los que la han perdido, ayudar a los que se han quedado sin trabajo y tienen que dar de comer a sus familias, ayudar sanitariamente y emocionalmente a los que han perdido todo y empiezan a sucumbir a los efectos de la ansiedad; y para eso, hace falta mucho dinero. Se supone que el gobierno de España y el de la Comunidad Autónoma de Canarias tienen partidas aprobadas para estos menesteres. ¿Pero llegan? Tarde, me da que muy tarde.
Esta semana pasada he estado ayudando a una amiga, que ha trabajado conmigo en todas mis películas y que estuvo, “in situ”, en la isla de La Palma colaborando “en lo que podía” en dónde más falta hiciera. Vino desolada. La falta de medios para subsistir de personas a las que conoció en este viaje la llevó a hacer una lista de varias familias que estaban pasándolo realmente mal y crear un vínculo de gente que quiere ayudarles a través de la idea: apadrina una familia. Lo que quiere conseguir es que personas como nosotros, podamos donar directamente a una familia en concreto. A nada ni a nadie más que a esa que nos asignan. Me parece brillante, solidario y que cumple una función que están dejando escapar las instituciones: la inmediatez. No se puede conceder millones de euros y tardar meses en que lleguen a los afectados, porque su hambre y su cobijo no entiende de demoras.