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11 agosto 2025

La vida es como el mar, siempre en movimiento

En lo alto de unos peñascos, junto al mar, un abuelo y su nieto se sentaron juntos, sintiendo la brisa marina y el olor a agua salada que llenaba el aire. Desde allí, podían ver ese lienzo azul extendiéndose hasta donde la vista alcanzaba, con sus olas rompiendo suavemente contra las rocas produciendo ese característico redoble sostenido que deja un brillo plateado de espuma en su rebote.
El abuelo, con su rostro tallado por arrugas y marcas que contaban historias de muchos años, miraba el horizonte con una sonrisa nostálgica. Sus brazos y piernas, alguna vez fuertes y firmes, ahora mostraban las huellas del tiempo; sus manos huesudas y deformadas, ya no le permitían bajar con soltura hasta el agua para pescar sargos, como solía hacerlo años atrás. Era consciente de su decadencia.
—¿Sabes, pequeño? —le dijo con voz suave y calmada—. Antes, bajaba por esas rocas con tanta facilidad que parecía un gato. La pesca de sargos era una de mis aficiones favoritas. Me gustaba sentir cómo el agua fría tocaba mis pies y escuchar el canto de las gaviotas. Pero ahora, las cosas han cambiado un poco.
El nieto lo miraba con atención, algo perplejo.
—¿Por qué ya no puedes bajar, abuelo? —preguntó con curiosidad.
El abuelo sonrió con ternura y le acarició la cabeza.
—Porque el cuerpo, hijo, envejece. Ya no tengo la misma fuerza en las piernas ni la misma agilidad. Tengo miedo de caer y lastimarme, y no quiero que algo así arruine todos los momentos hermosos que he vivido en esas mismas rocas. Es difícil aceptar que, con el paso del tiempo, uno se va deteriorando. Pero eso no significa que deje de disfrutar de lo que aún puedo hacer, o que deje de querer estas aventuras.
El niño se quedó en silencio, triste, notaba en su abuelo cierta decepción por la pérdida de vigor; pero, su bisoñez no percibía que los cambios de la vida se pueden aceptar con valentía y, más, si se tienen ganas de vivir y propósitos.
El abuelo, dándose cuenta de su pena le sonrió y le dijo:
— La vida es como el mar, siempre en movimiento. Y aunque a veces nos sintamos más frágiles, lo importante es seguir disfrutando de cada ola, de cada momento, y entender que en el paso del tiempo también hay belleza y, sobre todo, sabiduría. No tengas miedo, porque en cada arruga y marca hay una historia que contar y, en cada momento, una oportunidad para seguir teniendo ilusión.
Y así, acompañados por el infatigable ruido de las olas al golpear sobre las rocas, quiso explicarle que la voluntad de hacer cosas, aunque se vaya camino del ocaso, nunca termina, solo cambia de forma.
Ramón Alfil
Foto: Ramón Alfil

24 julio 2025

Un gesto de agradecimiento

El calor era sofocante aquella tarde de verano. Alba sostenía en sus brazos a su hijo Leo, que llevaba como única prenda un pañal; estaban solos en casa y el rigor de la temperatura tan alta no invitaba a llevar prenda alguna.
El niño, desde su nacimiento, no perdonaba ni una toma, incluso reclamaba alguna que otra extra, fuera de hora, que conseguía con la picardia de un llanto fingido.
Leo era un bebé alegre, regordete, con varias lorzitas en sus brazos y piernas. Su alegría continua y su risa era contagiosa, no paraba de moverse en el regazo de su madre con la energía de un niño que no tenía más preocupaciones que jugar y descubrir el mundo que le rodeaba.
Mientras tanto, en la televisión, se emitía un reportaje sobre el hambre en el tercer mundo. Mostraba a niños con cuerpos extremadamente delgados, con la piel pegada a los huesos, tirados en el suelo o sobre camas deterioradas. Sus ojos reflejaban un sufrimiento profundo, la impotencia de aquellos que han perdido la esperanza. Alba miró la pantalla, con una sensación de tristeza y angustia.
Volvió su mirada hacia Leo, que seguía sonriendo y saltando, sin entender la gravedad del mundo que veía reflejado su madre en la pantalla. Pellizcó suavemente una de sus lorzitas, le miró a la cara y le habló como si de un adulto se tratara: "Hijo, recuerda esto siempre, esos niños darían lo que fuera por tener un poco de lo que tú tienes ahora, comida, salud, hogar, familia, abrazos, tus risas... Cada día de tu vida tienes que agradecer algo. La gratitud transformará la visión de tu mundo y te ayudará a cultivar y mejorar tu interior".
Mucho poso para un bebé, pero Leo se había quedado quieto durante la reflexión en voz alta de Alba; la miró con fijeza y con sus manitas tocó su rostro cariñosamente. Fue un gesto de agradecimiento, sin lugar a dudas.
Ramón Alfil
Foto: Dr. Lyle Conrad / Libre de derechos

12 septiembre 2024

Anaranjados y azules…


Clic en la foto para ampliar y ver con más detalle / fotosymar_adl

Es contrario a la razón estar a las 6:30 horas en la cama cuando hay un día pidiendo paso en el mar. Hay un intervalo de silencio y quietud en el que empiezan a combinar los anaranjados y azules que obligan a dilatar las pupilas de manera natural.

Es un cofre lleno de oro que nos hace sentir que ya vale la pena el día que uno va a pasar. Gracias.

Ramón Alfil

Foto: Ramón Alfil. Oropesa del Mar (Castellón) > 
Vídeo: Madame Butterfly. Coro a boca cerrada. Giacomo Puccini

11 abril 2024

Fuerza de voluntad, ¿sola o acompañada?


Aquel día, el azul del mar era un lienzo infinito que evocaba tranquilidad y sosiego. Salitre eligió la mañana perfecta para compartir con un viejo amigo una charla y un paseo al lado de ese mar tranquilo que susurraba sobre las rocas, sin enfado.
La conversación discurrió por varios derroteros, pero llegó un momento en el que se centraron en dilucidar si la fuerza de voluntad era el único proceso para llegar a un cambio de hábitos en la vida y llegar a una meta provechosa. 
Salitre defendía que la fuerza de voluntad es un músculo que se puede entrenar, mientras que su compañero de andares asentía sin, al parecer por su gesto, una convicción plena. Era más práctico, con un toque más tangible en su discurso.
Mantuvieron durante un rato la vista en el horizonte, cada uno con su particular esbozo en la mente.
Desde la calma del lugar decidieron marcar un propósito común, pero llevando el timón de manera distinta para verse en este mismo puerto unos meses después. El tiempo dirá...
Ramón Alfil - Andares

30 diciembre 2022

¿Y eso para qué?

"El pescador y el empresario"... Cuento o fábula de origen desconocido, aunque predomina la opción de su procedencia brasileña.

Poco más de tres minutos de lectura son suficientes para impulsarnos a reflexionar sobre la ambición, las necesidades y qué es lo prioritario en nuestras vidas.

Dependiendo de lo que uno precise será más o menos esclavo de su existencia, aunque siempre podrá elegir la cantidad de su tiempo que quiere hipotecar.

Un humilde pescador que preguntaba siempre con un "¿y eso para qué?..." hace ver a un próspero empresario que es él quien lleva el traje a rayas y bolas de hierro encadenadas al pie porque busca más de lo que realmente basta.


23 agosto 2022

¿Qué le pasa a la humanidad?

Los seres humanos hemos ido recogiendo desde el inicio de los tiempos todo el jugo que nos han ido dejando pueblos y civilizaciones como el antiguo Egipto, Mesopotamia, Grecia, la era bizantina, Roma… Hemos pisado la Luna, la tecnología nos ha llevado a lo que no hace mucho era impensable, la ciencia no ha dejado de alumbrar inventos de notabilísima importancia y ahora, ahora que todo parecía en su sitio, todo bien colocadito, bien encajado como las piezas de un puzzle para vivir en un mundo de bienestar nos llegan la COVID, el virus del mono, guerras, sequias, amenazas nucleares, atentados, remembranzas de viejos conflictos, desastres naturales, plásticos en el mar, un cambio climático que discurre presuroso…

Son muchos mazazos seguidos a la condición y requisitos de una normal existencia que unidos a la estupidez humana, cada vez enquistada, hace que nos preguntemos qué le está pasando a la humanidad. Igual nos estamos extinguiendo solitos, sin la ayuda de nadie. El tiempo dirá.

Ramón Alfil - En lo mejor de lo peor

 Fotografía: J. Plenio (libre de derechos)

29 marzo 2022

¡Viajeros y ‘nomófobos’ al tren!

Don Emiliano siempre fue un profesor adelantado al ritmo que marcaba la vida de aquellos felices 70, pero fue dejando la cabeza del pelotón poco a poco con los años, con ese tiempo que nos pasa factura sin distinción de reyes, nobles o vasallos. Entrados de lleno en el siglo XXI el “Tourmalet” tecnológico iba pesando cada vez más en su cuerpo, del reloj digital Casio pasamos todos a pasos agigantados, en pocos abriles, a casi poder ir a tomar café a Marte.
Don Emiliano luce hoy pelo y barba blanca como túnica física de maduración y, a la vez, de experiencia y solera en un hombre que siempre fue honrado, generoso, sincero y leal.
Don Emiliano vino ayer a visitarme en tren; fui de sus primeros alumnos en aquellos 70, lo que da a entender que también estoy en una etapa en la que empieza lo mejor de lo peor, digan lo que digan…
Don Emiliano se mostraba indignado porque en su vagón todos los pasajeros iban enganchados a sus teléfonos móviles con la típica postura de cabeza caída hacia adelante, todos excepto él que disfrutaba del paisaje de naranjos en flor que la ventanilla le brindaba y una señorita bien vestida con una camisa a rayas que leía un libro, tan estática que si no llega a ser por el movimiento de sus dedos al pasar las hojas, el profesor hubiera pensado que era una alucinación.
Don Emiliano estaba acostumbrado a aquellos trenes borregueros en los que la gente miraba por la ventanilla, leía un libro o un periódico, se comía un bocadillo de tortilla fría, se daba teta a un bebé o, simplemente, se ponía a charlar con el vecino.
Cuando le pregunté a Don Emiliano quiénes eran los excéntricos del vagón, si él y la señorita de la camisa a rayas o el resto de pasajeros, no supo contestarme quién iba contra dirección. Yo sí que lo sabía…
Ramón Alfil - En lo mejor de lo peor...

Post scriptum | “La nomofobia (non-mobile-phone-phobia) puede entenderse como un miedo o ansiedad extrema de carácter irracional que se origina cuando la persona permanece durante un período de tiempo sin poder usar su teléfono móvil”.

Imagen: Compartimento C, coche 293 (1938), de Edward Hopper.

24 diciembre 2021

Una noche distinta

Esta es la misma entrada que puse hace un año, dos, tres, cuatro, cinco… y la misma que puse en esta fecha desde que comencé en el maravilloso mundo bloguero, allá por el cada vez más lejano enero de 2008. El día es el mismo, por eso creo que sirve.
Un año más y los motivos son los mismos, como lo serán al año que viene y al siguiente, y al siguiente, y al siguiente… Sólo eso, al fin y al cabo, aunque no participe del folclore navideño, sí que creo que es una noche distinta.
Desde el año 97, el día de Nochebuena, siempre hago lo mismo; a las 8 de la tarde subo a la terraza de la casa de mis padres y enciendo una vela. No soy muy amante de la Navidad, pero sí que creo que esa es una noche especial. Tengo la suerte de haberla celebrado siempre en compañía de mi familia, por ello me siento afortunado, por poder estar con la gente que quiero. Pero también surgen otros sentimientos inevitables, como son el acordarme de mis seres queridos que ya no están. Por eso necesito un momento para acordarme de ellos en soledad. Justo es el momento en el que enciendo la vela. Me acuerdo, especialmente, de ellos y no puedo evitar la melancolía, esa que solamente se puede sentir en privado... y es que algunas cosas nunca cambiarán.

20 noviembre 2021

Sin ansia de reconocimiento

Tuve en un tiempo un maestro que hoy es mi amigo, eventualidad que se ha robustecido con los años. Aprendo más de él como amigo que como maestro y no porque fuera peor docente que compañero, sino porque la sazón de mi entendimiento ha mejorado mucho desde mi época juvenil a hoy.
Ha sido profeta en su tierra, casi sin quererlo porque, como me ha comentado más de una vez, no puso la mano ni el culo. Es un caso poco común que alguien con carencia de ansia de reconocimiento llegue a ser un peso pesado en su pueblo natal.
Hoy disfruta con dignidad contemplando la vida desde una atalaya distanciada de la incertidumbre que rodea al ser humano y alejado del mundanal ruido en una gran urbe, por incongruente que parezca.
Atrás quedan los pueblos que empobrecen y envilecen porque están llenos de vanidad de vanidades, atrás queda el absurdo del placer mundano de ser reconocido y atrás quedan los pensamientos de un sábado otoñal como hoy.
Ramón Alfil - En lo mejor de lo peor...

Foto: Jeune homme à sa fenêtre, obra de Gustave Caillebotte (1848 - 1894)

23 junio 2021

Pablo d’Ors: “Se ha inventado la meditación porque no sabemos estar sin hacer nada”

 Citas de Pablo d'Ors

Si aprendemos a actuar un poco más lentamente encontraremos un camino hacia la plenitud.
Hay que domesticar la zozobra interior.
Si no nos miramos no nos conocemos. Hay que saber estar con uno mismo.
Lo que más necesitamos es descansar, si no estamos descansados no podemos disfrutar.
El miedo al disfrute es el hijo del miedo a la libertad.
Disfrutar es comulgar con la realidad.
¿Qué hacer? No hacer...
El silencio es la escucha del sonido del mundo.
El verdadero desafío es aprender a escuchar sin cargar la situación intelectual o emocionalmente.
Escuchar es quitarse de enmedio uno mismo.
El dolor es nuestro principal maestro.
La felicidad no se consigue sin un cultivo de uno mismo.

Cadena de lecturas y espacios

02 mayo 2021

Y tú, ¿picas piedra o construyes catedrales?

Foto: Gaimard (libre de derechos)

Ahora que estamos cerca de tan esperada fecha, el comentado y ansiado 9 de mayo, como punto de reencuentro con “todo” lo que dejamos atrás ante la llegada de la Covid-19. Creo que es buen momento de hablar sobre cómo salir fortalecidos de esta experiencia vivida y compartida por todos, o lo que es lo mismo de la Resilencia lograda durante todos estos meses de incertidumbre respecto a la pandemia.
Empezamos explicando en que consiste y dándole el valor de aprendizaje que se merece. Crecimiento Personal para algunos autores Transformación para otros. Pero como base a todos ellos, adaptación a las circunstancias dolorosas o traumáticas que acontecen.
Todos nosotros, según las experiencias vitales previas experimentadas y nuestra edad evolutiva, poseemos recursos a nivel psicológico que ponemos en marcha, en muchas ocasiones sin darnos cuenta de ello, que nos ayudan a sobreponernos ante las complicaciones. Muchas veces a posteriori, en perspectiva, es cuando tomamos consciencia de cómo fuimos capaces de superar aquello que nos desbordaba, o aquel hecho que no creíamos que podríamos afrontar.

15 marzo 2021

Mario Alonso Puig: “Tropezamos varias veces con la misma piedra por falta de humildad”

 

Citas del doctor Mario Alonso Puig

En todo ser humano hay potencial y grandeza, pero no se mostrará si no tiene un espacio de oportunidad.
La motivación es lo que nos mueve a la acción.
Si en la vida no hubieran retos sería muy aburrida.
Gandhi... Su simple presencia ya movilizaba.
Nunca hay que dar a nadie por perdido, el ser humano siempre nos va a sorprender.
La clave de todo es querer. Y creer...
Una persona que no sepa resolver conflictos es difícil que progrese en la vida.
Las personas, muchas veces, no cambiamos porque no se pueda cambiar, sino porque no estamos dispuestos a hacer lo que hay que hacer para cambiar.
Tropezamos varias veces con la misma piedra por falta de humildad.

Cadena de lecturas y espacios

19 febrero 2021

14 febrero 2021

Las tumbas de los inmortales (I) - Larra

Mariano José de Larra está enterrado en el Cementerio de San Justo, en Madrid.

Excavada en la tierra, esculpida o grabada en piedra, en forma de nicho o en una simple urna, una tumba es el último lugar en el que acaban reposando los restos de muchas personas. Es el punto físico de llegada del camino de la vida, un destino en el que quedan huesos, cenizas o nada… ¿Porque de una persona sin alma y sin vida qué queda aparte de la inexistencia? Eso, restos, ¡nada!
No obstante el lúgubre hechizo de las tumbas nos hacen sentir que no hay ausencia, que al menos allí hay algún resto de lo que un día fue un hombre o una mujer y que duerme en ese altar, descansa allí en paz.
Observar con minuciosidad una tumba es como mirar al infinito y dejar que vuele la imaginación hasta los confines de la vida y de la muerte, como si de dos territorios se tratara.
Como dijo el maestro Larra, no venir a este mundo a ser un álamo más en una alameda es seguir viviendo aunque se esté encerrado en un sepulcro. La inmortalidad se consigue cuando se ha hecho algo tan grande en vida que provoca que la gente nunca se olvide de ese ser por muchos siglos que pasen.
Iniciamos hoy la sección “La tumba de los inmortales” con la intención de que esas sepulturas sean un hilo entre la vida, la nada y la inmortalidad y, sobre todo, con el propósito de que ese hilo no se rompa. ¿Dispuestos?

Ramón Alfil

Era necesario y de obligado cumplimiento que en “El Ateneo de los Amigos de Larra” levantáramos el telón de este serial con el maestro, nuestro líder.

30 enero 2021

Gusanos de seda

Dicen que el mundo avanza...


Me relaja ver este vídeo…
Yo, de pequeño, también tuve… ¿qué niño no los tuvo?
En estos tiempos creo que los niños ya no saben que hace años nuestros gusanos de seda eran algo muy importante para nosotros.
Hemos pasado de los gusanos de seda a los pokemon… dicen que el mundo avanza.
Marino Baler

* Marino Baler es colaborador en el Ateneo. Su espacio, aquí.
* Marino Baler es autor del blog "Pensamientos y más cosas".

29 enero 2021

Se van los suspiros

Elegir una vida sin filtros tiene sus peligros.

De las ganas de vivir la vida loca al autoconfinamiento, de la negación al arrepentimiento, de la crítica al estado crítico y todo en un suspiro, ese que dejé de escuchar, cuando mi hermano se fue a volar cometas más allá del aquí y ahora.
Vuelan las sonrisas que dibujan un rastro de recuerdos, vuelan los sueños, los encuentros y las excusas. Mientras con los pies en la tierra, se ve como la muerte tiene que crear franquicias, para poder atender sin esperas, los daños colaterales de la inconsciencia.
Alberto García Santiago

* Alberto García Santiago es colaborador en el Ateneo. Su espacio, aquí.
Alberto García Santiago es autor del blog "Combatiente literal".

09 enero 2021

Como estrella fugaz


Una mañana se levantó y se hizo un propósito que veinte años después todavía cumple. Ya no recuerda que le motivó a hacerlo, todo fue tan de repente, que no tuvo tiempo de arrepentirse.

Aquel cigarro irreemplazable que se fumaba antes de despertarse, cayó en el olvido como si se tratase de una estrella fugaz de la televisión.
Alberto García Santiago


* Alberto García Santiago es colaborador en el Ateneo. Su espacio, 
aquí.

Alberto García Santiago es autor del blog "Combatiente literal".


07 enero 2021

Leer el Quijote es como hacer el amor con la mujer amada

 

Suele ocurrir que muchas cosas las damos por supuestas por el simple hecho de conocerlas y nos vemos en la creencia de poder prescindir de ellas pensando que no vamos a descubrir nada nuevo. Se me ocurre el ejemplo de la película Psicosis. Estoy convencido que cualquiera de nosotros podríamos decir algo de ella, pero eso, como es mi caso, no significa que la hayamos visto. En el campo de las artes y letras ocurre lo mismo… ¿qué persona que sea medianamente lectora no ha escuchado hablar de La Odisea? ¿Cuántos lectores la habrán leído?
En mi vida me he encontrado con gente apasionada al fútbol, que se pasarían horas y horas hablando de este deporte; a los toros, gesticulando con sus manos pases de capote; a los coches o motos, conociendo marcas, modelos, cilindradas y consumos y, por supuesto, a la política, hablando como si tuvieran la piedra filosofal para arreglar los males de la sociedad. Pero, sin embargo, hay una gente con la que no me he encontrado nunca: apasionados por el Quijote.