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12 septiembre 2024

Anaranjados y azules…


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Es contrario a la razón estar a las 6:30 horas en la cama cuando hay un día pidiendo paso en el mar. Hay un intervalo de silencio y quietud en el que empiezan a combinar los anaranjados y azules que obligan a dilatar las pupilas de manera natural.

Es un cofre lleno de oro que nos hace sentir que ya vale la pena el día que uno va a pasar. Gracias.

Ramón Alfil

Foto: Ramón Alfil. Oropesa del Mar (Castellón)
Vídeo: Madame Butterfly. Coro a boca cerrada. Giacomo Puccini

11 abril 2024

Fuerza de voluntad, ¿sola o acompañada?


Aquel día, el azul del mar era un lienzo infinito que evocaba tranquilidad y sosiego. Salitre eligió la mañana perfecta para compartir con un viejo amigo una charla y un paseo al lado de ese mar tranquilo que susurraba sobre las rocas, sin enfado.
La conversación discurrió por varios derroteros, pero llegó un momento en el que se centraron en dilucidar si la fuerza de voluntad era el único proceso para llegar a un cambio de hábitos en la vida y llegar a una meta provechosa. 
Salitre defendía que la fuerza de voluntad es un músculo que se puede entrenar, mientras que su compañero de andares asentía sin, al parecer por su gesto, una convicción plena. Era más práctico, con un toque más tangible en su discurso.
Mantuvieron durante un rato la vista en el horizonte, cada uno con su particular esbozo en la mente.
Desde la calma del lugar decidieron marcar un propósito común, pero llevando el timón de manera distinta para verse en este mismo puerto unos meses después. El tiempo dirá...
Ramón Alfil - Andares

12 enero 2022

José Luis Garci y Arturo Pérez-Reverte al alimón y un libro... El italiano

El italiano es una novela profundamente "Revertiana", un libro en el que ha rendido tributo a algunas de las pasiones más grandes de su vida: el mar, los libros, la historia, la aventura... Así fue, entre otras aclaraciones, como definió la última obra de Arturo Pérez-Reverte la directora editorial de Alfaguara Pilar Reyes, en un acto que moderó en el Círculo de Bellas Artes de Madrid el 30 de septiembre de 2021.
A título personal pienso que la cúspide de este evento se alcanzó al reunir en cónclave al autor de El italiano y al cineasta José Luis Garci. Dos viejos rockeros como estos garantizaban la catadura de una charla con el resguardo de la hondura. Uno con su fuente de cultura cinematográfica eterna aliñada con la virtud de ser un gran conversador, y otro con ese empaque de hombre curtido en mil batallas y con uno de los mejores manejos de la lengua española que conozco departieron sobre el libro, la vida, cine clásico, costumbrismo, los clásicos y hasta de canallas y bondadosos...
Una charla como esta necesitaba, sin discusión alguna, quedar archivada en el blog. Espero que la disfruten.
Ramón Alfil

13 mayo 2021

Beethoven y el mar... Dos inmensidades

Hoy, 13 de mayo de 2021, tenía un motivo suficiente para celebrar una eventualidad mundana carente de espiritualidad pero muy fructífera. Nada mejor que acercarme al mar y escuchar a Beethoven, una pequeñez que funde dos inmensidades. Aconsejo la experiencia a todo aquel que no tenga prisa terrenal.
El mar no tiene caminos pero cuando se fija la vista en él se vislumbran itinerarios que conducen a infinitos.
La pieza elegida ha sido una de las más bellas que parió el loco de Bonn: el tercer movimiento de la Novena Sinfonía. ¡Qué animal componiendo!
El olor a mar, la única visión de su inmensidad, el paréntesis a la vida que te dan unos auriculares, estar con uno mismo y el idilio con la pieza son fundamentos que explosionan en una corriente impetuosa de apacible calma. ¿Hay mejor celebración?
Ramón Alfil

Los 17 minutos de Beethoven que escuché mirando al mar


Mi porción de mar habitual

22 abril 2021

Hans, Taylor… ¡Ron para todos!

Foto: Darksouls (libre de derechos)
Foto: Darksouls (libre de derechos)
Hans Zimmer cuenta en su haber con una llamativa banda sonora que uno no puede dejar de tararear cuando empieza a sonar: Piratas de Caribe.
El compositor alemán ha desarrollado un estilo propio que enriquece cada película en la que interviene. Suya es la música, entre otras, de Gladiator, Interstellar, El Rey León o Batman.
He encontrado esta versión de la violinista estadounidense Taylor Davis en la que un escenario de contrastes como es el mar embravecido y la delicadez de un violín cautivan al más pintado.
Como un lobo de mar en una posada cabe decir aquello de ¡ron para todos! y... que suene la música.
Ramón Alfil

05 abril 2021

Una puesta de sol sobre el mar Jónico

Un viaje de descubrimiento a través de las islas Jónicas de Grecia


La etiqueta "Rincones del mundo" me traslada a esos lugares en los que uno quisiera perderse. Hoy, sentado en la mesa del ateneo, con un simple clic, un documental me lleva a las islas Jónicas de Grecia. La exuberancia floral de Corfú, el mar limpio, las colinas verdes, los seres mitológicos griegos, el refugio de tortugas casi extintas, barcos naufragados, o una puesta de sol sobre el mar Jónico son solo algunos de los aspectos de este rincón onírico del mundo.

Henry Miller escribió en 1941 un recomendable libro de viajes titulado El coloso de Marusi. Dejo aquí uno de sus fragmentos como complemento al documental.

Al día siguiente decidí coger el barco para Corfú, donde me esperaba mi amigo Durrell. Salimos de El Pireo sobre las cinco de la tarde, cuando el sol todavía quemaba como un horno. Cometí el error de sacar un billete de segunda clase. Cuando vi subir a bordo los animales, los colchones y ropas de cama, todo el inverosímil galimatías que los griegos llevan consigo en sus viajes, me di prisa en pasarme a primera clase, que sólo es un poco más cara que la segunda.
Salvo en el Metro de París, nunca había viajado en primera clase, y eso me pareció un verdadero lujo. El camarero pasaba continuamente con una bandeja llena de vasos de agua. Y ésa fue la primera palabra griega que aprendí: nevó (agua). ¡Qué hermosa palabra! Se aproximaba la noche; las islas emergían en la distancia, flotando siempre sobre el agua, sin descansar en ella. Aparecieron las estrellas con magnífico brillo, y la brisa era suave y fresca. Comencé a sentir en seguida lo que era Grecia, lo que había sido y lo que siempre será incluso si tiene la desgracia de ser invadida por turistas americanos. Cuando el camarero me preguntó qué deseaba comer, cuando más o menos entendí lo que había para cenar, casi me desmayo y me echo a llorar. Las comidas en un barco griego producen vértigo.

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