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13 julio 2025

Juan Merediz: "¿Qué será lo que querrá la mar de mi? Es la tierra la que me agota"

Uno de los locos de la mar que sigo de cerca es Juan Merediz. Estoy suscrito a sus cartas de navegar en las que cuenta día a día lo que ve y siente en la mar y lo hace con una síntesis precisa, cortita y al pie, rememorando aquello de "lo breve, si bueno, dos veces bueno".
La brevedad, si tiene poso, es altamente apreciada. Sus píldoras, sin rigores literarios, tienen la virtud de dejar con ganas de más al lector, hecho que normalmente agrada al que escribe.
Cuenta cómo planea un viaje, su paso por un puerto, el estado de la mar, la respuesta del barco en el que navega, su soledad entre el lienzo azul del mar o, simplemente si ve un frailecillo o un delfín.
Recomiendo visitar sus rincones digitales, te sentirás en alta mar. En ellos cuenta tantas y tantas cosas... Entre ellas, muchas reflexiones y vivencias. Me quedo con esta: "¿Qué será lo que querrá la mar de mi? Es la tierra la que me agota".
Ramón Alfil
Foto: Juan Merediz (Facebook)
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Cadena de lecturas y espacios

08 julio 2025

Bruno, gracias por todo lo que has hecho. Ciao…

No sabía cómo empezar el artículo de hoy porque tengo varias opciones hilvanadas, pero me quedo con la enorme decepción que he sentido porque esta sociedad responde cada vez menos a las expectativas que tenía de la misma.
La noticia de la cruel muerte de Bruno, un perro de rescate venerado en Italia por haber salvado a nueve personas en distintas misiones ha sido como una patada en las partes nobles para quienes aún conservamos la creencia de la bondad del ser humano.
Algún bárbaro dejó un cebo preparado con una salchicha rellena de clavos y Bruno sucumbió a la tentación de la vianda y acabó tirado en el suelo entre un charco de su propia sangre, como consecuencia de una hemorragia interna.
Este héroe de siete años no merecía este acto premeditado de crueldad de un indeseable que no merece vivir en sociedad. Resulta incomprensible que alguien sea capaz de infligir tanto sufrimiento a un ser que, en muchas ocasiones, representó la diferencia entre la vida y la muerte para otras personas que hoy, seguro, estarán llorando por quien les salvó la vida.
Ramón Alfil
Foto: Ente Nazionale Protezione Animali Odv (redes sociales)

05 julio 2025

¿Y si dejamos de ser tolerantes con los imbéciles?

Imagen GDJ / Pixabay / Libre de derechos

"La tolerancia llegará a tal nivel que a las personas inteligentes 
se les prohibirá pensar para no ofender a los idiotas"
Fiódor Dostoyevski

Para adentrarnos en la crítica a la tolerancia a la imbecilidad, es fundamental delimitar el concepto que nos ocupa. El término “imbécil” proviene del latín “imbecillus”, que significa “débil”, “sin báculo” o “sin apoyo”. Originalmente, se refería a una debilidad física o mental general, a alguien que carecía de la fortaleza para sostenerse por su cuenta. Con el tiempo, su significado evolucionó para designar a una persona de entendimiento limitado, con escaso juicio o sensatez, o que se comporta de manera necia. En el contexto de este artículo, no aludimos a una condición clínica o un juicio de valor inherente a la persona, sino a la manifestación de opiniones infundadas, irracionales o perjudiciales que carecen de sustento lógico o empírico, y que, por su naturaleza, no pueden “sostenerse” por sí mismas ante el mínimo escrutinio de la razón.
En la compleja trama de la posmodernidad, nos enfrentamos a un desafío paradójico: mientras que se predica una tolerancia irrestricta, se desdibuja la línea entre la diversidad de pensamiento y la validación acrítica de la imbecilidad. La noción de que “todas las opiniones son igualmente válidas” ha permeado el discurso público, generando un relativismo epistemológico que amenaza los cimientos de la razón crítica y la búsqueda de la verdad. Pues bien, hoy intentaremos sostener que la regla de demarcación de la tolerancia debe ser la razón, la objetividad y la sensatez, y no una aceptación indiscriminada que diluye el rigor intelectual.
El auge de la posverdad, un fenómeno intrínsecamente ligado a la posmodernidad, ha erosionado la confianza en los hechos, la experiencia y la experticia. Las “narrativas” y “percepciones” a menudo se equiparan con la realidad, y la subjetividad se eleva a la categoría de verdad. Este clima no ha hecho otra cosa que propiciar la proliferación de la imbecilidad, entendida no como una deficiencia intelectual inherente, sino como la manifestación orgullosa de portar opiniones infundadas, irracionales o perjudiciales, disfrazadas de “perspectivas alternativas”.

10 noviembre 2024

La evidencia geográfica de la DANA de 2024 en Valencia

Buena parte de la provincia se Valencia, sobre todo en municipios alrededor de la capital, ha vivido una auténtica tragedia entre el 28 de octubre y el 4 de noviembre de 2024 como consecuencia de los daños causados por una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA).
En el momento de publicar estas líneas, el balance actualizado cifra los muertos en 214 y 41 personas desaparecidas.
Los políticuchos andan a la greña, cada uno le echa las culpas de las posibles prevenciones a sus oponentes; vamos, lo de siempre, siguen creyendo que somos todos imbéciles. En unos meses, todo olvidado, volverán a tirarse de los pelos por asuntos de poca relevancia y escaso interés general en vez de ponerse el mono de trabajo para promover y ejecutar infraestructuras que sirvan para defenderse de los enfados de la naturaleza. Con estos bueyes tenemos que arar, sean azules o rojos, tanto monta, monta tanto.
Por otra parte, aparecen los defensores del cambio climático con sus argumentos que, en la era de la desinformación que vivimos, uno no sabe ya si el calentamiento global es totalmente cierto o parte de él está influenciado por intereses financieros o políticos; ya que hay registros muy antiguos en los que la Tierra ha alcanzado temperaturas superiores a las actuales, así como desastres de igual o mayor magnitud como el que nos ocupa en este artículo.
Buscar culpabilidades es un juego que no tiene final, será más efectivo basarse en una evidencia geográfica como patrón y pensar que ha sido causada por acciones humanas.
Isaac Moreno Gallo, ingeniero técnico de Obras Públicas y graduado en Geografía e Historia explica, con un esmerado y preciso detalle, las causas de esta DANA reciente que ha sembrado el pánico y la desgracia en la provincia de Valencia.
Entre otras cosas, este divulgador científico ha dicho que en España tenemos los mejores técnicos del mundo en infraestructuras para encontrar la solución al problema, “pero no la gente capacitada para decidir algo sensato”, en clara crítica a la ineptitud política. Destaca que “la memoria del hombre es muy corta, esto ha ocurrido siempre y va a seguir ocurriendo, una o dos veces por siglo por la influencia que ha podido tener la urbanización de las zonas de riesgo de inundación en la gravedad de este último suceso que, aunque se había producido muchas veces a lo largo de la historia, nunca había afectado a tanta superficie construida y habitada”. Vale la pena ver el vídeo.
Ramón Alfil



Anexo a este artículo
Las dos fotografías que hay debajo de estas líneas no son de una zona relacionada con alguna selva, es el cauce de un barranco de Alzira días antes de la DANA. Si a la evidencia geográfica mencionada unimos el estado de muchos barrancos de la provincia de Valencia, debido a la desidia política, tendremos también parte del problema.




Cadena de lecturas y espacios

06 octubre 2024

El valor intangible de un logro

Una medalla, insignia, trofeo, diploma o cualquier elemento de carácter material que reconozca el logro o la trayectoria de una persona no es más que una pieza más en una solapa o estantería. Es un reconocimiento que se puede tocar sin más valor que el que pueda tener el metal o el papel.
No obstante, con la entrega de la pieza existe un sentido intangible que premia el reconocimiento a un logro o trayectoria, aunque, en muchas ocasiones, esa distinción puede ser injusta, manipuladada, partidista o mangoneada. Pasa...
Uno mismo sabe cuándo y en qué valor ha conseguido un logro y, si además es un bien social, de interés general más que personal, produce una satisfacción interna que cotiza muchísimo más que el metal o papel y abona el crecimiento interno. ¿Existe algún premio mayor que éste?
La consecución de un logro debe estar siempre enfilada y amamantada por intenciones verdaderas más que por alabanzas externas y elementos tangibles.
Ramón Alfil

Foto: Artelli. Pixabay. Libre de derechos

28 septiembre 2024

Los más buscados de Irak, una baraja de cartas bélica muy peculiar


Tener una baraja de cartas en mis manos es como resucitar el noble arte de la ilustración que nació, prácticamente, con la imprenta y que hoy está casi en desuso; o también, en ocasiones, el goce de una serie se fotografías que si son añejas se disfrutan con regusto.
La baraja sobre la que he estado documentándome hoy no contiene ilustraciones y sus fotografías no van más allá de unas simples imágenes tipo fotomatón. Es fea, pero muy curiosa. Fue concebida con una intención claramente determinada por el Ejército de los Estados Unidos durante la guerra de Irak en el año 2003.
Cada naipe muestra una fotografía en la que aparece un personaje de los que eran más buscados del régimen de Sadam Huseín. Los militares americanos tenían, así, una captura del rostro enemigo; una posibilidad de comunicación camuflada ante posibles cruces o detecciones de transmisión, pues no es lo mismo que sonara el as de picas que Sadam Huseín, que era quien estaba asociado a ese número y palo. Y, de rebote, tenían una baraja de cartas con las que distraerse con algún juego en momentos de posible inactividad o descanso.
El valor de las cartas iba relacionado con la envergadura peligrosa e importancia o jerarquía de los personajes a batir. Sirva como ejemplo los ases de cada palo, adjudicados a los miembros más poderosos y activos de la familia Huseín.
Marc Garlasco era el jefe de la unidad Objetivos de Alto Valor del Pentágono en la guerra de Irak y ayudó a seleccionar los bombardeos. Según declaró en una entrevista que publicó el diario.es dijo: “Entonces empezamos la caza. Eso es lo que hacíamos: cazar seres humanos. Los 52 de la baraja de cartas”. Garlasco se refería a la baraja de cartas francesas distribuidas a la tropa a principios de abril de 2003 con las fotos y datos de los dirigentes iraquíes más buscados, a fin de que pudieran ser identificados y poder ser “asesinados, perseguidos o capturados”.
Ramón Alfil



18 septiembre 2024

El gato blanco colinegro

Pasear de noche es uno de esos pequeños placeres que está al alcance de cualquiera. Si es al lado del mar aumenta sobremanera el grado de satisfacción. Hoy, no ha podido ser, del susurro del mar que tanto me complace he pasado al canto de algún grillo entre arbustos bajos de un entorno natural. No está mal.
El recorrido de esta noche ha destacado por el silencio, la quietud, una luna llena que aparecía y desaparecía entre suspiros de nubes y la compañía de un gato blanco colinegro con el que, casi sin quererlo, entre las sombras de la noche, ha venido a sumar otra conexión fugaz de un ser vivo que ha pasado conmigo solo unos minutos de mi existencia.
¿Volveré a ver este gato ensabanado de cola negra? No lo sé...
Ramón Alfil

Foto: Ramón Alfil. 
Corresponde a un momento del paseo nocturno.

12 septiembre 2024

Anaranjados y azules…


Clic en la foto para ampliar y ver con más detalle / fotosymar_adl

Es contrario a la razón estar a las 6:30 horas en la cama cuando hay un día pidiendo paso en el mar. Hay un intervalo de silencio y quietud en el que empiezan a combinar los anaranjados y azules que obligan a dilatar las pupilas de manera natural.

Es un cofre lleno de oro que nos hace sentir que ya vale la pena el día que uno va a pasar. Gracias.

Ramón Alfil

Foto: Ramón Alfil. Oropesa del Mar (Castellón) > 
Vídeo: Madame Butterfly. Coro a boca cerrada. Giacomo Puccini

16 agosto 2024

La gente honrada


Al habitual desengaño de un panorama político plagado de inútiles (no útiles) se une una torrentera de noticias sobre delincuencia que atemoriza, cada vez más, a las personas honradas que quieren vivir felices su cotidianidad y no pueden.
España es un país muy cómodo para el delincuente como consecuencia de una Justicia muy blanda en la que nadie le pone el cascabel al gato.
La gente honrada no quiere convivir con parásitos y maleantes.
La gente honrada está crispada por culpa de unos mandos politicos blandengues que, con su pasividad, son cómplices de este deterioro social.
La gente honrada ve con pena que, a esta altura del partido, vamos a perder por goleada contra la violencia en las calles y el crimen.
La gente honrada ve que sus hijos y nietos van a encontrarse un entorno espeluznante, una humanidad de "sálvese quien pueda".
Ramón Alfil - En lo mejor de lo peor

Foto: TomasHa73 / Pixabay / Libre de derechos

10 junio 2024

Se están cargando el diario El País


El martes 4 de mayo de 1976 vio la luz el primer número del diario El País. España era democráticamente imberbe y los jóvenes de entonces vivíamos de una paga dominical bastante limitada, pero al menos un par de veces a la semana apartaba los dos duros que valía el periódico.
Debajo del brazo o en el portafolios me acompañó en el instituto y en la universidad. Crecí y cambié de costumbres; con El País solía, en muchas ocasiones, desayunar o comer si estaba solo, hábito que provocó algunos manchurrones de café o aceite de la ensalada, ya que era difícil ensamblar en el poco espacio de una mesa viandas, cubiertos, vasos, botellas y el diario abierto de par en par.
El País era independiente, plural y cada vez más global, sobre todo conforme se iba desarrollando la transición del papel a los dispositivos digitales.
De repente, en pocos años, El País cambió de rumbo y fue perdiendo esa cualidad de contenidos plurales y ese carácter independiente. Empezaron a aparecer editoriales y firmas que vendían ideología, según mi criterio. A pesar de ello, me suscribí a la edición digital de pago porque, después de media vida, no podía ser infiel, hubiera sentido culpa y remordimiento. No obstante, ante la avalancha y persistencia diaria de enfoques monotemáticos, mi paciencia como lector ha concluido hoy al no renovar la suscripción. No me gusta que me indiquen qué tengo que pensar.
Buena parte del periodismo actual, y ya no hablo en concreto de El País, es servil, hinca la rodilla por un jornal. David Jiménez, en una entrevista reciente, ha puesto el dedo en la llaga y hurga en la realidad: "Muchos periodistas de este país se levantan por las mañanas, se ponen la camiseta de su equipo y... ¡a defenderlo! [...] Da mucho dinero desinformar".
Ramón Alfil