Buena parte de la provincia se Valencia, sobre todo en municipios alrededor de la capital, ha vivido una auténtica tragedia entre el 28 de octubre y el 4 de noviembre de 2024 como consecuencia de los daños causados por una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA).
En el momento de publicar estas líneas, el balance actualizado cifra los muertos en 214 y 41 personas desaparecidas.
Los políticuchos andan a la greña, cada uno le echa las culpas de las posibles prevenciones a sus oponentes; vamos, lo de siempre, siguen creyendo que somos todos imbéciles. En unos meses, todo olvidado, volverán a tirarse de los pelos por asuntos de poca relevancia y escaso interés general en vez de ponerse el mono de trabajo para promover y ejecutar infraestructuras que sirvan para defenderse de los enfados de la naturaleza. Con estos bueyes tenemos que arar, sean azules o rojos, tanto monta, monta tanto.
Por otra parte, aparecen los defensores del cambio climático con sus argumentos que, en la era de la desinformación que vivimos, uno no sabe ya si el calentamiento global es totalmente cierto o parte de él está influenciado por intereses financieros o políticos; ya que hay registros muy antiguos en los que la Tierra ha alcanzado temperaturas superiores a las actuales, así como desastres de igual o mayor magnitud como el que nos ocupa en este artículo.
Buscar culpabilidades es un juego que no tiene final, será más efectivo basarse en una evidencia geográfica como patrón y pensar que ha sido causada por acciones humanas.
Isaac Moreno Gallo, ingeniero técnico de Obras Públicas y graduado en Geografía e Historia explica, con un esmerado y preciso detalle, las causas de esta DANA reciente que ha sembrado el pánico y la desgracia en la provincia de Valencia.
Entre otras cosas, este divulgador científico ha dicho que en España tenemos los mejores técnicos del mundo en infraestructuras para encontrar la solución al problema, “pero no la gente capacitada para decidir algo sensato”, en clara crítica a la ineptitud política. Destaca que “la memoria del hombre es muy corta, esto ha ocurrido siempre y va a seguir ocurriendo, una o dos veces por siglo por la influencia que ha podido tener la urbanización de las zonas de riesgo de inundación en la gravedad de este último suceso que, aunque se había producido muchas veces a lo largo de la historia, nunca había afectado a tanta superficie construida y habitada”. Vale la pena ver el vídeo.
Ramón Alfil
Las dos fotografías que hay debajo de estas líneas no son de una zona relacionada con alguna selva, es el cauce de un barranco de Alzira días antes de la DANA. Si a la evidencia geográfica mencionada unimos el estado de muchos barrancos de la provincia de Valencia, debido a la desidia política, tendremos también parte del problema.
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