Y ahí estaba sentado en el despacho del Jefe de Producción del programa de televisión en el que trabajaba de regidor.
Sabía que se avecinaba bronca y tenía clara la razón, pero no adivinaba el tono en que discurriría la misma, porque él era la víctima. Una agresión de una conocida estrella mediática y protagonista del show que estaban grabando había acabado en esa agria fuente de la mala vibración que había en el plató.
Mientras esperaba a sus jefes, se le venían a la cabeza imágenes de los tiempos en los que trabajaba reponiendo estanterías en un supermercado. Recordaba lo feliz que era con sus compañeras. Ramón no era muy guapo, pero tenía un “nosequé” que enamoraba. Todas las chicas de la redacción del programa estaban loquitas por él. Y ese fue su calvario. Los celos de la gran figura televisiva se hicieron presentes hasta el punto de que aprovechaba cualquier ocasión para humillar al chico en público.
Él, listo como era, intentaba evitarlo en todos los momentos que podía. Eso enfervorizó más a la energúmena estrella y todo terminó, como muchos preveían, con el lanzamiento de un objeto contundente y la posterior retahíla de gritos y desmanes que el joven trató de eludir saliendo del plató.
Y, ahora, ahí estaba esperando en el despacho. Que le pidieran perdón, lo veía utópico. Entonces, ¿qué? Llegó el equipo de dirección, todos juntos, y se sentaron frente a él.
—Tío, esto es fácil. Tú le pides perdón y se acabó todo. Se calman las aguas y seguimos grabando. —Le sugirieron.
—¿Cómo? ¿Qué? ¿Que yo pida perdón? Ni lo sueñen.
—Pero vamos a ver; nos quedan tres programas para acabar la temporada. Sé listo. Pides perdón y aquí no ha pasado nada. —Le imploraron.
—Pero, ¿ustedes se están oyendo? —respondió tajante el chico.
Una hora de debate infructuoso para que se plegara a las leyes del “star system” acabó con el despido del regidor. Eso sí, tras la negociación de una suculenta indemnización. Todo valía, por tener contenta a la estrella.
El chico volvió a trabajar al supermercado. Dos años después, ya es el encargado. Feliz, feliz… ahora es el feliz encargado.
Luis Alberto Serrano
Mi microrrelato "Que yo no he sido" ha sido publicado en la antología compilada por la escritora Inma Flores y publicado bajo el título "Versos e historias desde el corazón de Canarias" en:
* Luis Alberto Serrano es colaborador de El Ateneo de los Amigos de Larra. Su espacio aquí.
* Luis Alberto Serrano (@luisalserrano ) es autor del blog "Desde mi propia luna"