Adelanto que mi reflexión de hoy no tiene un componente ideológico, sino lógico. Cuando uno llega a cierta edad y ha sido engañado tantas veces por azules y rojos, la defensa apasionada de creencias se ha diluido como un azucarillo en el café.
En el debate sobre el estado de la nación que se ha celebrado esta semana en el Congreso de los Diputados, Pedro Sánchez ha anunciado impuestos a compañías eléctricas y bancos ante el guantazo que nos ha dado la inflación. El presidente del Gobierno le ha tocado el morro a la bestia -llámese ésta banca o eléctricas- y cuando se tiene tal atrevimiento la bestia puede enfurecer...
Cualquier impuesto que altere la cuenta de resultados de la bestia va a encadenar un rugido y un zarpazo que va a repercutir en "poca ropa", o lo que es lo mismo, en sus clientes, en el ciudadano de a pie, en ti, en mi. Vamos, nada nuevo...
Ramón Alfil
Foto: Art Tower (libre de
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