El triunfo en cualquier guerra es concluirla... Así se pronuncia hoy El Roto en su viñeta de El País. Son tan sólo siete palabras pero con el poso preciso para poner a uno fuera de sí cuando piensa, desde el bienestar, en esa gente que ha huido de Ucrania para sobrevivir o en los que han preferido quedarse a subsistir en zulos superpoblados bajo tierra.
¿Quién va a devolver a los ucranianos este tiempo malgastado? El deseo ansioso de poder y pertenencia enloquece a la humanidad y la obliga a desperdiciar el tiempo, ese tiempo que queda atrás y que ya no se va a poder recuperar porque, que se sepa, nunca vuelve atrás.
Ya queda un día menos para que la guerra concluya. ¡Qué triste resulta desear que el tiempo corra!, pero a veces anhelamos que galope..., en este caso para que esa gente presa de pánico pueda volver a calentar sus huesos al calor de una lumbre en su casa y a retomar la evidencia de que el tiempo debe ser el emblema que tiene cada uno y que nadie más puede determinar cómo ser gastado.
Ramón Alfil - En lo mejor de lo peor...
Fuente original de la viñeta a la que hace mención el artículo