Bueno, ya parece que hayamos pasado las navidades un año más. Ya ha pasado el primer MatchBall de los que nos amenazan con que van a subir los contagios a lo bestia. Ya veremos, la suerte esta echada. Algunos habrán montado una cena en casa, con los de siempre y otros habrán montado grandes fastos en venganza por el año pasado cuando se pusieron restricciones y los gobiernos no escurrieron tanto el bulto pensando que así la culpa de lo que ocurra será nuestra, por cerriles. No se yo como habrá salido el asunto aunque a juzgar por lo que se veía por las calles, pinta mal. De todas formas las estadísticas nos lo dirán dentro de unos días pero bueno “a lo hecho, pecho”.
De algo que no se yo si te habrás dado cuenta es que este año la gente repartía buenos deseos de otra manera. No se a ti pero a mí la mayoría de la gente me deseaba unas felices fiestas, muy pocos han seguido con aquello de “feliz año nuevo”. Igual será porque ya hasta nos da miedo pensar en la idea de un año más como este porque ya andamos tan justitos que me parece que aquello de las uvas en la Puerta del Sol, los besos, abrazos y todo eso de la canción de Mecano nos parece otra vida. O puede que de repente todo el mundo se haya vuelto pitagórico y crea a píes juntillas aquello de «no hay dos sin tres».
Me espanta pensar que el guionista del 2022 quiera superarse. Me acuerdo de la cara que se nos quedó a todos cuando intuimos que este año sería un remake del anterior o incluso lo superaba. Yo soy de natural tirando a cobardica y ya no se si me atrevo a pensar que será de nosotros si seguimos igual porque me parece que en esta sociedad que saldría «mejor» hacemos ya más agua que el Titanic. Así que imagina si subimos la apuesta con la venida de los marcianos o un meteorito XXL. Ya veremos porque ya todo es posible.
Este año también será de los que nos va a costar olvidar, el bicho (again), los problemas de siempre que parece que van a seguir siendo los de siempre, cada vez es más evidente que no podemos pasar por alto que todo esto nos está afectando mucho a la psique y hasta un volcán. ¿Qué más ya? Pues lo dicho. El meteorito, a veces creo que si llegase muchos saldríamos corriendo a saluadarlo. Aunque también es verdad que con todo lo que hemos pasado ya sólo nos queda un camino, la remontada. 2022 suena bien. Ya veremos, pero seré prudente y visto lo visto la verdad es que no puedo más que desearte que el año que empieza no se porte demasiado mal con nosotros.
Salva Colecha
* Salva Colecha es colaborador en el Ateneo. Su espacio, aquí.
* Salva Colecha es autor del blog "En zapatillas de andar por casa"
Foto: Darksouls (libre de derechos)