Traduce cualquier entrada a tu idioma

12 agosto 2025

Ítaca siempre nos brindará un hermoso viaje

Ayer escribí un breve relato en el que un abuelo intentaba explicar a su nieto que el deterioro que causa la edad origina que se desestimen realizar actividades que antes se llevaban a cabo con cierta facilidad. El abuelo se vio algo acorralado, pues resulta harto complicado hacerle ver a un niño que la edad avanzada es el principio del camino al ocaso. Salió como pudo del agobio.
Don Bernardo, como me gusta llamar a un amigo que en su día fue mi profesor de Historia del Arte, leyó la historia del abuelo y el nieto y me aconsejo un viaje literario a Ítaca. Quedé algo desconcertado, pero lo hice y me di cuenta que, efectivamente, el camino puede ser más importante que la meta. 
No había leído nada de Konstantinos Kaváfis. Su poema Ítaca es como un manual de filosofía de vida, en el que lo fundamental es todo lo que le sucede a Ulises en su hermoso viaje, pasando el destino a un segundo plano. Si uno no ha desperdiciado su vida en materias superficiales y simplezas, cada etapa de su existencia habrá constituido un viaje instructivo más importante que la llegada al punto y coma de la vida, el citado camino del ocaso, largo para unos y corto para otros, ¡va a depender de tantas cosas!
Ramón Alfil
literaturaymar_adl



Ítaca, poema de Konstantinos Kaváfis

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.

11 agosto 2025

La vida es como el mar, siempre en movimiento

En lo alto de unos peñascos, junto al mar, un abuelo y su nieto se sentaron juntos, sintiendo la brisa marina y el olor a agua salada que llenaba el aire. Desde allí, podían ver ese lienzo azul extendiéndose hasta donde la vista alcanzaba, con sus olas rompiendo suavemente contra las rocas produciendo ese característico redoble sostenido que deja un brillo plateado de espuma en su rebote.
El abuelo, con su rostro tallado por arrugas y marcas que contaban historias de muchos años, miraba el horizonte con una sonrisa nostálgica. Sus brazos y piernas, alguna vez fuertes y firmes, ahora mostraban las huellas del tiempo; sus manos huesudas y deformadas, ya no le permitían bajar con soltura hasta el agua para pescar sargos, como solía hacerlo años atrás. Era consciente de su decadencia.
—¿Sabes, pequeño? —le dijo con voz suave y calmada—. Antes, bajaba por esas rocas con tanta facilidad que parecía un gato. La pesca de sargos era una de mis aficiones favoritas. Me gustaba sentir cómo el agua fría tocaba mis pies y escuchar el canto de las gaviotas. Pero ahora, las cosas han cambiado un poco.
El nieto lo miraba con atención, algo perplejo.
—¿Por qué ya no puedes bajar, abuelo? —preguntó con curiosidad.
El abuelo sonrió con ternura y le acarició la cabeza.
—Porque el cuerpo, hijo, envejece. Ya no tengo la misma fuerza en las piernas ni la misma agilidad. Tengo miedo de caer y lastimarme, y no quiero que algo así arruine todos los momentos hermosos que he vivido en esas mismas rocas. Es difícil aceptar que, con el paso del tiempo, uno se va deteriorando. Pero eso no significa que deje de disfrutar de lo que aún puedo hacer, o que deje de querer estas aventuras.
El niño se quedó en silencio, triste, notaba en su abuelo cierta decepción por la pérdida de vigor; pero, su bisoñez no percibía que los cambios de la vida se pueden aceptar con valentía y, más, si se tienen ganas de vivir y propósitos.
El abuelo, dándose cuenta de su pena le sonrió y le dijo:
—La vida es como el mar, siempre en movimiento. Y aunque a veces nos sintamos más frágiles, lo importante es seguir disfrutando de cada ola, de cada momento, y entender que en el paso del tiempo también hay belleza y, sobre todo, sabiduría. No tengas miedo, porque en cada arruga y marca hay una historia que contar y, en cada momento, una oportunidad para seguir teniendo ilusión.
Y así, acompañados por el infatigable ruido de las olas al golpear sobre las rocas, quiso explicarle que la voluntad de hacer cosas, aunque se vaya camino del ocaso, nunca termina, solo cambia de forma.
Ramón Alfil
Foto: Ramón Alfil  -  literaturaymar_adl

10 agosto 2025

Diseñan un novedoso filtro que potabiliza el agua salada con electricidad de uso doméstico y coste mínimo



Podría reemplazar a los sistemas actuales por su facilidad 
de implementación y su capacidad para funcionar con
paneles solares o baterías a pequeña escala

Un equipo internacional con participación del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid del CSIC (ICMM-CSIC), ha desarrollado un novedoso método de filtrado de agua salada que permite desalarla utilizando membranas con poros extremadamente pequeños, de millonésimas de milímetro (nanofiltración), usando solo electricidad, sin necesidad de bombas ni sistemas de alta presión, como los utilizados en la actualidad en la desalación del agua. El trabajo, publicado en la revista Nature Materials, muestra una tecnología prometedora para hacer la purificación de agua más accesible, eficiente y adaptable a distintos contextos, utilizando menos energía y con fácil implementación.

Avance fundamental

El nuevo sistema se basa en un fenómeno llamado diodo osmótico, que permite al agua dulce fluir en una sola dirección a través de la membrana, mientras las sales y otras impurezas quedan retenidas. Lo más novedoso es que este proceso se activa mediante corriente eléctrica alterna, la misma que usamos en nuestros hogares.

A diferencia de los sistemas tradicionales, que suelen depender de corriente continua más costosa para alimentar bombas o mover iones, este rompedor método aprovecha la corriente alterna para activar directamente el transporte de agua, sin necesidad de utilizar componentes mecánicos ni presiones elevadas. Además, puede funcionar con baterías o energía solar.

Actualmente, los sistemas más comunes para convertir agua salada en potable son la ósmosis inversa y la destilación térmica. La ósmosis inversa requiere aplicar mucha presión para forzar el paso del agua a través de una membrana, lo que implica un alto consumo eléctrico y equipos costosos. Y de igual forma, la destilación térmica necesita grandes cantidades de energía para calentar el agua hasta su evaporación para eliminar la sal, lo que también limita su eficiencia y sostenibilidad.

03 agosto 2025

¡Golazo de Malta!

En el repugnante sistema político que siembran y cultivan los políticos españoles maduran los frutos de un espectáculo digno del mejor mago. Sacan de sus chisteras proyectos fallidos que convierten en éxitos rotundos a través de una estrategia comunicativa fantástica. Se centran en los pequeños logros, los magnifican hasta límites insospechados, los presentan como hitos históricos. Mientras tanto, las innumerables meteduras de pata, los proyectos marrados, la mala gestión de los recursos públicos… De todo ello, cabeza gacha y mutis por el foro.
La realidad se pliega a sus conveniencias narrativas, nos creen imbéciles. Erre que erre con el proyecto de moda, citan a los medios de comunicación a unas cómodas ruedas de prensa para que sirvan de altavoz al rebaño sobre el plan en desarrollo, un plan que visten de gala. De todas las ejecuciones pendientes o de los patinazos pasados cunde un silencio total.
¿Recordáis aquel famoso partido España - Malta, el del 12 a 1? Juego con una hipótesis. Si el manual del grupo político al que pertenecen o el antojo del líder les dictara que hay que exaltar todo lo maltés, resaltarían lo único bueno, a pesar de tener en contra doce chicharros, y como buenos siervos gritarían a los cuatro vientos: ¡Golazo de Malta! Y se quedarían tan panchos.
En definitiva, la próxima vez que un político celebre un logro menor como si fuera Dios, a través de Moisés, separando las aguas del Mar Rojo, recordad el partido de España y Malta. Recordad que el silencio a menudo grita más fuerte que las palabras, y que la verdad, aunque a veces esté escondida, siempre termina por salir a la luz.
Ramón Alfil
Fotografía: Charl Vera / Pixabay / Libre de derechos

01 agosto 2025

La urna en disputa: cuando votar no implica cambio alguno

 "Una de las penas por rehusarse a participar en política 
es que terminarás siendo gobernado por tus inferiores."
Platón, La República, Libro I

 


Hoy quiero invitarlos a reflexionar en torno a un fenómeno recurrente en las democracias occidentales, a saber, la ilusión de una política decadente que ha logrado con éxito que ningún voto rompa ninguna cadena. La creencia inquebrantable en el sufragio como catalizar de un cambio profundo define una de las grandes ficciones perversas de nuestro tiempo. En los gobiernos no dictatoriales, millones de ciudadanos acuden a las urnas con la esperanza de que su voto, individual o colectivo, transforme las estructuras de poder y mejore sus vidas. Sin embargo, un examen crítico de las últimas décadas revela una realidad desoladora: los problemas estructurales persisten y, en muchos casos, se agudizan, independientemente de quién sea el degenerado de turno al que le toque asumir el poder. Esta desconexión entre la expectativa democrática y la realidad política nos invita a una profunda crítica filosófica sobre la naturaleza de nuestra participación cívica y la verdadera capacidad de incidencia del voto en un sistema que, lejos de evolucionar, parece haberse instalado en una decadencia persistente y cada vez más putrefacta.

Tengamos en cuenta que el acto de votar se ha consolidado como un ritual sagrado, una catarsis colectiva que valida la legitimidad de un sistema. Desde la niñez, se nos inculca que la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, y que nuestra participación electoral es la máxima expresión de soberanía. Pues bien, amigos míos, esa narrativa oculta una trampa fundamental: la reducción de la política a la mera gestión administrativa y la perpetuación de un statu quo que beneficia única y exclusivamente a las élites.

Ya en la antigüedad, Platón nos advertía sobre las consecuencias de la apatía política. En su célebre obra La República, si bien criticaba a la democracia ateniense por sus excesos y su susceptibilidad a la demagogia, también subrayaba la responsabilidad de los ciudadanos. A él se le atribuye la sentencia que versa: “Una de las penas por rehusarse a participar en política es que terminarás siendo gobernado por tus inferiores” (Platón, La República, Libro I, 347c). La ausencia de ciudadanos virtuosos en la vida pública, para Platón, abre la puerta al ascenso de aquellos menos capacitados o éticos, nada más cercano a lo que podemos observar en la actualidad, donde nos encontramos con bestias analfabetas y bruscas ocupando ministerios, secretarías y, en más de una ocasión, gobernaciones e incluso presidencias de la Nación.

31 julio 2025

La madre que quiso cambiar el día de su muerte por un día de su vida

Mucha literatura epistolar se caracteriza por una peculiar carga emocional. Es el caso de "Carta de una madre", un relato breve que circula ampliamente por las redes sociales, conmoviendo a miles de lectores con su emotiva narrativa. Sin embargo, la identidad de su autor o autora permanece desconocida, un misterio que genera frustración y enojo a partes iguales.
He dedicado horas a la búsqueda infructuosa del creador de esta pieza, explorando diferentes bases de datos, foros literarios y páginas web especializadas. La falta de información es sorprendente, especialmente considerando la popularidad del relato. La ausencia de un autor reconocido abre la puerta a una problemática extendida en el mundo digital: la apropiación de contenido.
Es alarmante observar cómo muchos usuarios comparten "Carta de una Madre" atribuyéndose la autoría, generando una cadena de viralización injusta por la omisión de su creador/a. Esta práctica no solo es éticamente cuestionable, sino que también perjudica al verdadero autor, quien se ve privado del reconocimiento y los posibles beneficios de su trabajo. La falta de atribución adecuada es una forma de plagio digital, un acto que merece ser denunciado y combatido.

Aquel que utiliza la inteligencia artificial
para escribir sin indicarlo es un farsante literario


Considero un farsante literario a todo aquel que utiliza la inteligencia artificial para escribir sin indicar el uso de esta; así como a aquel que utiliza textos como propios para alimentar el ego ante sus conocidos en redes sociales.
Si algún día se descubre al autor o autora de "Carta de una Madre", será una victoria para la justicia literaria y un recordatorio de la importancia de proteger el trabajo creativo en el mundo digital. Hasta entonces, invito a todos a unirse a la búsqueda y a denunciar cualquier acto de plagio que se encuentre.
Vamos al fundamento de esta entrada, que no es otro que la lastimosa carta de una madre a su hijo. Agita a la reflexión, mueve a la desolación y, a la vez, es una fuente de ternura por su delicadeza. 
Lo que voy a decir tendrá muchos detractores, quizá por falta de entereza ante un principio o regla que se considera constitutivo a la naturaleza humana, y que se manifiesta como un comportamiento bastante generalizado: los padres son esos seres cercanos que cada vez son más innecesarios.
Ramón Alfil

Carta de una madre


"Hola hijo, te escribo para proponerte un trato, lo he pensado mucho y nos convendría a los dos, pero no te voy a obligar a que lo aceptes, pero déjame explicarte de que trata:
No te pongas triste, pero todos algún día vamos a dejar este cuerpo, algunos antes, otros después, pero a todos nos llegará la hora, estoy segura de que ese día tú estarás muy triste, ya te veo con tu ropa de luto, para despedirte, con una corona de rosas, o tal vez un ramo de girasoles.

30 julio 2025

El calor amenaza incluso a los corales más resistentes del Caribe

El Instituto de Acuicultura Torre de la Sal (CSIC) 
participa en el análisis de más de un siglo



Incluso los corales más resistentes del mar Caribe tienen su supervivencia amenazada por el aumento de la temperatura. Es la principal conclusión de un estudio donde participa personal investigador del Instituto de Acuicultura Torre de la Sal (IATS), centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Castellón. Tras analizar más de un siglo de evolución de una especie de coral resistente a las altas temperaturas, Siderastrea siderea, en varias zonas de la isla de Martinica, el equipo de investigación observó que estos corales no se han recuperado de las olas de calor recurrentes desde los años 80. Además, la densidad de sus esqueletos cayó entre 2010 y 2020, lo que sugiere que estos corales han superado su “límite térmico” para crecer adecuadamente. Los resultados se publican en Scientific Reports, revista de acceso abierto de Nature.

Los corales son animales marinos emparentados con las medusas. Son tan abundantes y esenciales en la formación de los arrecifes que les dan su nombre. Los corales constructores de arrecifes forman esqueletos de carbonato cálcico (como nuestros huesos), lo que da estructura al arrecife y crea hábitats para una enorme diversidad marina. Mantener esta estructura durante siglos depende en gran parte de la velocidad con la que los corales depositan su esqueleto.

26 julio 2025

La gaviota amiga

Eran esas horas del día en las que el sol comienza a fundirse con el horizonte, cuando los colores del cielo y del mar se confunden en una sola paleta de azules y anaranjados. Sentado sobre una roca, tibia aún por tantas horas de sol, con los pies colgando y la mirada perdida, él coexistía con ese regalo natural que tenía frente a sí. No pensaba, no buscaba, no esperaba. Solo contemplaba... A veces, la vida es así de generosa.
La quietud y el susurro cadencioso de las olas, con sus crestas espumosas, golpeando las piedras erosionadas por la percusión constante del oleaje durante años era lo más parecido a una levitación para aquel apasionado del mar.
A lo lejos, un velero y un barco mercante aparentaban dos juguetes; de cerca, el tintineo y vaivén del agua; en el cielo las nubes no parecían tener prisa, se movían con extrema lentitud como no queriendo perderse el vuelo de una gaviota solitaria, de alas largas y cuerpo elegante que dibujaba una curva perfecta en el aire. Planeaba con una calma maestra, como si la gravedad no tuviese dominio sobre su cuerpo. Giraba apenas con las puntas de sus alas, en movimientos amplios y lentos, dejando al viento decidir su curso. Desde su altura, el mundo debía parecer un tapiz en movimiento: la superficie del mar, rizada y las sombras de los peces más pequeños escapando en bancos bajo el agua.
La gaviota giró una vez más sobre sí misma, midiendo, calculando. Entonces, en un gesto lleno de intención, plegó sus alas como una lanza y se lanzó en picado hacia el agua con la intención de atrapar algún pez con el que saciar el hambre. Es la base de la subsistencia.
Otra gaviota se posó muy cerca de él, silenciosa, tranquila, pero mirando de reojo al humano. Quieta, casi como una estatua durante bastantes minutos, era una agradable compañía para aquel entusiasta de cualquier esencia marina. Entendió que la belleza más profunda no grita, no se impone. Solo aparece ante quien está dispuesto a detenerse, a dejarse vaciar, a dejarse mirar por el mar.
Ramón Alfil
Fotos: Ramón Alfil 
Escucha este relato
Voz: J.M.O.


literaturaymar_adl

25 julio 2025

Desempolvando las naranjas

Con esta foto he subido por cuarta vez consecutiva al podio de la Maratón Fotográfica de la Feria Modernista de Carcaixent. Era mi favorita de todas las que hice, y tiene un buen trabajo de composición, captura y retoque. ¡Muchas gracias, @modernistescarcaixent, por la organización!

Desempolvando las naranjas / Foto: David Talens

Clic en la foto para ampliar y ver con más detalle

24 julio 2025

Un gesto de agradecimiento

El calor era sofocante aquella tarde de verano. Alba sostenía en sus brazos a su hijo Leo, que llevaba como única prenda un pañal; estaban solos en casa y el rigor de la temperatura tan alta no invitaba a llevar prenda alguna.
El niño, desde su nacimiento, no perdonaba ni una toma, incluso reclamaba alguna que otra extra, fuera de hora, que conseguía con la picardia de un llanto fingido.
Leo era un bebé alegre, regordete, con varias lorzitas en sus brazos y piernas. Su alegría continua y su risa era contagiosa, no paraba de moverse en el regazo de su madre con la energía de un niño que no tenía más preocupaciones que jugar y descubrir el mundo que le rodeaba.
Mientras tanto, en la televisión, se emitía un reportaje sobre el hambre en el tercer mundo. Mostraba a niños con cuerpos extremadamente delgados, con la piel pegada a los huesos, tirados en el suelo o sobre camas deterioradas. Sus ojos reflejaban un sufrimiento profundo, la impotencia de aquellos que han perdido la esperanza. Alba miró la pantalla, con una sensación de tristeza y angustia.
Volvió su mirada hacia Leo, que seguía sonriendo y saltando, sin entender la gravedad del mundo que veía reflejado su madre en la pantalla. Pellizcó suavemente una de sus lorzitas, le miró a la cara y le habló como si de un adulto se tratara: "Hijo, recuerda esto siempre, esos niños darían lo que fuera por tener un poco de lo que tú tienes ahora, comida, salud, hogar, familia, abrazos, tus risas... Cada día de tu vida tienes que agradecer algo. La gratitud transformará la visión de tu mundo y te ayudará a cultivar y mejorar tu interior".
Mucho poso para un bebé, pero Leo se había quedado quieto durante la reflexión en voz alta de Alba; la miró con fijeza y con sus manitas tocó su rostro cariñosamente. Fue un gesto de agradecimiento, sin lugar a dudas.
Ramón Alfil
Foto: Dr. Lyle Conrad / Libre de derechos