No sabía cómo empezar el artículo de hoy porque tengo varias opciones hilvanadas, pero me quedo con la enorme decepción que he sentido porque esta sociedad responde cada vez menos a las expectativas que tenía de la misma.
La noticia de la cruel muerte de Bruno, un perro de rescate venerado en Italia por haber salvado a nueve personas en distintas misiones ha sido como una patada en las partes nobles para quienes aún conservamos la creencia de la bondad del ser humano.
Algún bárbaro dejó un cebo preparado con una salchicha rellena de clavos y Bruno sucumbió a la tentación de la vianda y acabó tirado en el suelo entre un charco de su propia sangre, como consecuencia de una hemorragia interna.
Este héroe de siete años no merecía este acto premeditado de crueldad de un indeseable que no merece vivir en sociedad. Resulta incomprensible que alguien sea capaz de infligir tanto sufrimiento a un ser que, en muchas ocasiones, representó la diferencia entre la vida y la muerte para otras personas que hoy, seguro, estarán llorando por quien les salvó la vida.
Ramón Alfil
Foto: Ente Nazionale Protezione Animali Odv (redes sociales)
Bruno era un cane salva vite,un cane molecolare che con il suo fiuto e’ riuscito a ritrovare tantissime persone disperse.Però non è riuscito a fiutare il male umano,un essere immondo gli ha portatodei wustel pieni di chiodi.Devi avere sofferto tanto Bruno perdona la disumanità ❤️ pic.twitter.com/fXfNgUeOol
— giuliana Valenti (@giulian79164431) July 5, 2025