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25 agosto 2021

Perdiéndolo todo



Esa tarde comenzó bebió un poco de su orgullo, de sus celos y antes de tocar fondo pegó unos tragos de la poca moralidad de la que hacía gala, y gritó libertad, creyendo que el falso estado de ánimo provocado por la embriaguez, le convertía en la persona que quería ser.
El primer tropezón al ir al baño le hizo sospechar que no todo era tan real, de camino de vuelta a la terraza se saltó un escalón que le removió todo el chasis, pero el golpe definitivo a su arrogancia, se lo dio Natalia cuando, poniéndole la mano en el pecho rechazó un beso directo a los labios, que pretendía ser el regalo con la que el macho ibérico marcaba a cada una de las piezas de su rebaño.
Esa tarde comenzó a perder y hoy no tiene con quien beber.
Alberto García Santiago

* Alberto García Santiago es colaborador en el Ateneo. Su espacio, aquí.
* Alberto García Santiago es autor del blog "Combatiente literal".