No quedaba leche en la nevera. Eran tan pocas las ganas de todo, que el olvido acabó convirtiéndose en el mejor amigo del futuro. Esa dejadez que se va apoderando de quienes no encuentran motivos para sonreír, estaba demacrando sus rasgos, convirtiendo su cara en un espejismo de aquella belleza que llamaba la atención de los más glamurosos objetivos. La extrema falta de interés por querer, incluso estaba arrastrando su carisma hacia el más profundo ostracismo.
Pero esa mañana quiso llenar la nevera, y descubrió en los pasillos del super, algo más que cerveza de marca blanca, cacahuetes y patatas fritas… recuperó su pasado, al reencontrar con la mirada a Reme, su compañera de pupitre e íntima amiga en el instituto, que hacía poco más de un año, había tenido que ver desde la terraza como su yerno asesinaba a su hija.
Al llegar a casa, dejó la compra en la cocina, guardó los productos congelados, recuperó del cajón de la mesita de noche una pequeña agenda de páginas amarilleadas por el tiempo y medio sueltas, descolgadas, se acomodó en el sofá, y cogió el móvil… y a los pocos segundos se iluminó…
-Hola Carlos, qué ilusión tu llamada ¿Cómo estás?
-Bien.
Alberto García Santiago
* Alberto García Santiago es colaborador en el Ateneo. Su espacio, aquí.
* Alberto García Santiago es autor del blog "Combatiente literal".