A mi padre...
Le comentaba ayer a un amigo que empiezo siempre el año viendo el Concierto de Año Nuevo desde Viena en recuerdo a mi padre, era un asiduo al mismo, porque uno de los encantos de la vida es saber elegir lo que nunca debe olvidarse para que permanezca vivo.
El de este año, debido a la pandemia por COVID-19, se caracterizó principalmente por la ausencia de público en la Sala Dorada de la Musikverein de Viena.
Uno de los muchos atractivos de este insólito concierto de 2021 fue que la Orquesta Filarmónica de Viena estuvo dirigida por el napolitano Riccardo Muti, majestuoso con la batuta y buen orador. Se dirigió a las butacas de la sala vacía, más fría que nunca, aunque sabía que su mensaje iba a ser oído por millones de telespectadores de todo el mundo:
"Las armas de los músicos de esta sala son instrumentos, instrumentos cargados con flores. La música es importante no porque sea un entretenimiento. Más que una profesión, se trata de una misión. Por eso, tras este año horrible, quiero mandar un mensaje a los mandatarios de todo el mundo para que consideren la cultura un bien de primera necesidad para lograr una sociedad mejor".
Riccardo Muti nunca deja indiferente a nadie.
Ramón Alfil