Acumulaba sueños que convertía en versos que nadie publicó, que guardaba en el cajón de la cómoda y que el día de su desaparición voluntaria dejó olvidados voluntariamente, como bien decía en su carta de despedida.
Han pasado ya dos años, seis meses y cuatro días desde que encontré aquél sobre apoyado en el jarrón con seis rosas que daba la bienvenida en el aparador de la entrada al 2º B de la Calle del Pez, 9. Fue mi primera visita a Madrid y la primera vez en que todos mis sentidos se inundaron de tristeza nada más poner el pie en una casa.
A día de hoy sigo haciéndome dos preguntas, la primera ¿dónde está Javier? y la segunda ¿dejó toda su amargura en aquel piso o solo dejó la que no cabía en su equipaje?
En esta historia hay trece palabras, que ya son tan parte de mi, como el recuerdo del olor a humedad y flores secas que abordaron mi pituitaria mientras abría el sobre y leía la voz de Javier…
“No me busquéis,
necesito encontrarme,
escribir una nueva página,
provocar mi definitivo desarme”
Alberto García Santiago
* Alberto García Santiago es colaborador en el Ateneo. Su espacio, aquí.
* Alberto García Santiago es autor del blog "Combatiente literal".