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04 julio 2021

Pasen señores, pasen… La nueva oleada está servida

Si fuera fácil irse de este país lo haría, sin ningún tipo de duda, pero demasiadas cadenas me obligan a soportar este calvario político, esta sucesión de adversidades de unos besugos codiciosos que no tienen ni idea de lo que es manejar una pandemia y que convierten cada discurso en una apoteosis de la mentira.
Como no hay agallas de meter mano dura a una parte de la población que no quiere ni deja convivir en paz a los ciudadanos pueden campar a sus anchas futboleros haciendo el idiota en los estadios, jóvenes mantenidos y consentidos en fumaderos urbanos o en juergas en pisos cerrados, público enlatado como sardinas oliendo a humanidad en conciertos, botelloneros pasándose por el forro de sus caprichos la legislación, domingueros y turistas llenando playas y parajes…
Esto es un auténtico desmadre que ningún mendrugo político quiere controlar porque la patata quema mucho y, además, sería fulminar el marketing político del “quedabienismo”.
En el antiguo Bachiller, cuando la educación era educación, tenía una asignatura que llevaba por nombre “Educación cívica”. Nos guiaban a tener un comportamiento social y personal, unos valores y unas actitudes que desembocaran en una sociedad lo más ideal posible; así mismo, nos clarificaban cuáles eran nuestros derechos y deberes. Visto el panorama, creo que fue un tiempo inútilmente malgastado por la imposibilidad de poder ejercer hoy en día la racionalidad o el simple sentido común. Queda el cobijo de no salir de casa porque, además, cuando ando por la calle sólo tengo alucinaciones y en cada esquina veo al típico forzudo de circo con pantalón a rayas que a capela grita: “Pasen señores, pasen… La nueva oleada está servida”.

Ramón Alfil - En lo mejor de lo peor...

 

Una vez más... Posdata más que necesaria

Aclarar que con otras ideologías políticas no mejoraríamos, no se trata de quien gobierne o por quienes pudiéramos estar gobernados, sino de que los conceptos de inutilidad, incompetencia y priorizar el interés de la ideología al interés general ya están enquistados en el panorama político, sin distinción de izquierdas o derechas.